Kirk Cameron era una estrella de televisión infantil que era un ateo devoto. Se reía de los que creían en la existencia de Dios. Pero, un día, aceptó una invitación a la iglesia, escuchó el evangelio y clamó a Dios por perdón. Desde ese momento, la vida de Kirk ha tomado una dirección completamente nueva. Como cristiano, ha elegido desempeñar papeles en la serie “The Left Behind”, “Fireproof”, y ahora es anfitrión de la serie de televisión “Christian Master”. También viaja por el país para presentar el evangelio en escuelas, iglesias y eventos comunitarios. El suyo es un ejemplo de una vida transformada.
Cuando los santos judíos perseguidos huyeron a Antioquía, predicaron el Evangelio de Dios a las naciones, “y un gran número que creyó se convirtió al Señor” (Hechos 11:21). Cuando se difundió la noticia, Bernabé fue enviado, y “… Cuando él llegó y vio la gracia de Dios, se regocijó y exhortó a todos a que con corazón firme permaneciesen en el Señor” (vs.23). ¿Pero cómo se puede ver la gracia de Dios? Es verdad que la gracia de Dios es tan invisible como el viento. Pero como el viento, uno puede ser testigo de la evidencia de la gracia de Dios de muchas maneras. La gracia era evidente en estos nuevos creyentes porque se habían “convertido al Señor” (vs.21). Antioquía era una ciudad donde todos los dioses griegos, romanos y sirios eran honrados. Tenía un santuario dedicado a Daphne, cuya adoración incluía prácticas inmorales. Estos nuevos creyentes habían abandonado este tipo de adoración falsa. Al igual que los de Tesalónica, “… convirtieron de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero” (I Tesalonicenses 1: 9). Colectivamente, se encontraron como una “iglesia” (Hechos 11:26), lo que indica un gozo en la salvación, un vínculo con los demás en Cristo, un compromiso con el estudio de la Palabra de Dios y un deseo genuino de vivir para Cristo. “… Y los discípulos fueron llamados cristianos por primera vez en Antioquía” (vs.26). Si este título fue dado como un nombre de reproche despectivo, o se identificaron con gusto como seguidores de Cristo, no importa. Lo que importa es que vivían una vida tan transformada por Cristo que otros podían ver la gracia de Dios obrando en ellos.
¿Es tu propósito vivir una vida tan transformada para que otros puedan ver la gracia de Dios en ti? Haz que hoy este sea tu objetivo.