Interpretando circunstancias – I Samuel 24

Cuando los soldados están detrás de las líneas enemigas durante la guerra, la comunicación con los comandantes y la artillería es crítica. Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército de EE.UU. ordenó a los soldados Ben Yahzee y Charlie Whitehorse que se comunicaran con sus superiores en la radio utilizando el “Código Navajo”. Se basó en el idioma Navajo, que contiene un código incrustado en cada mensaje. Incluso otros soldados navajos nativos no pudieron descifrar su significado. Solo estos dos hombres podían interpretar correctamente cada transmisión y, a su vez, comunicar el mensaje a sus contrapartes para que actuaran en consecuencia.1

Cuando el rey Saúl vio a David como una amenaza para su reinado, persiguió a David con un ejército de soldados entrenados, con la intención de matar a David. David no había hecho nada para merecer tal persecución. Él había sido una persona leal y valiosa. Mientras David y sus hombres se escondían en una cueva, Saúl entró solo. Esta era la oportunidad de David de matar al que buscaba su vida y ascender al trono. Sus hombres incluso lo instaron a hacerlo, interpretando esta circunstancia como la promesa de Dios a David donde le decía “… entregaré a tu enemigo en tu mano …” (I Samuel 24:4). Sin embargo, David tuvo mucho cuidado de no interpretar al azar sus circunstancias por el consejo de otros hombres, ni por sus emociones, que seguramente lo hubieran llevado a vengarse por su propia vida. En cambio, les dijo a sus hombres que sería un error para él matar al rey ungido del Señor (vs.6, 10). David fue sabio al elegir no interpretar la voluntad de Dios simplemente por sus circunstancias. Él creía que los principios en la Palabra de Dios esencialmente le prohibían atacarlo “porque él es el ungido del SEÑOR” (vs.6). Él creía que Dios ya había revelado su voluntad en Deuteronomio 32:35-36, cuando el Señor explicó: “Mía es la venganza, yo pagaré … Ciertamente el SEÑOR juzgará a su pueblo …” Esto significaba que era incorrecto que David se comportara igual a este malhechor dentro de su nación. Por lo tanto, David entregó a Saúl al Señor y confió en el Señor para que se ocupe de sus necesidades actuales. En los círculos cristianos de hoy en día, se ha vuelto común que los creyentes interpreten casi imprudentemente la voluntad de Dios guiados por sus emociones, el consejo de otros o por circunstancias que a menudo son manipuladas según las preferencias de cada uno. ¡Hay una mejor manera de proceder! Al igual que David, necesitamos desarrollar un patrón de interpretación de la voluntad de Dios por medio de la Palabra de Dios. Estamos detrás de las líneas enemigas en el territorio de Satanás, donde la interpretación de la voluntad de Dios con precisión, a través de las cartas de Pablo, es esencial. Confía en la Palabra de Dios para que te de una dirección clara, y luego actúa en consecuencia.


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Interpreting Circumstances – I Samuel 24

When soldiers are behind enemy lines during war, communication with commanding officers and artillery are critical. During World War II, the U.S. Army directed Privates Ben Yahzee and Charlie Whitehorse to communicate with superiors on the radio using “The Navajo Code.” It was based on the Navajo language, containing a code embedded within each message. Even other native Navajo soldiers could not decipher its meaning. Only these two men could properly interpret each transmission and in turn enable their counter parts to act accordingly.

When King Saul saw David as a threat to his reign, he pursued David with an army of trained soldiers, intending to put David to death. David had done nothing to deserve such treatment. He had been a loyal and valuable subject. While David and his men hid in a cave, Saul came in alone. This was David’s opportunity slay the one seeking his life and ascend to the throne. His men even urged him to do so, interpreting this circumstance as God fulfilling a promise to David to “…deliver thine enemy into thine hand…” (I Samuel 24:4). However, David was very careful not to haphazardly interpret his circumstances by the counsel of other men, nor by his emotions, which surely would have drawn him into revenge out of self-preservation. Instead, he told his men it would be wrong for him to slay the Lord’s anointed king (vss. 6,10). David was wise to choose not to interpret God’s will merely by his circumstances. He believed principles in God’s Word essentially “forbid that I should do this thing unto my master” (vs. 6). He believed God had already revealed His will in Deuteronomy 32:35-36, when the Lord explained, “To Me belongeth vengeance and recompense… For the Lord shall judge His people…” This meant it would be wrong for David to “get even” with this wrongdoer from within his nation. Instead, David turned Saul over to the Lord and trusted the Lord to take care of his present needs.

In Christian circles today it has become common for believers to almost flippantly interpret God’s will by their emotions, the counsel of others, or by circumstances which are often manipulated to one’s preferences. There is a better way! Like David, we need to develop a pattern of interpreting God’s will by God’s Word. We are behind enemy lines in Satan’s territory, where interpreting God’s will accurately, through Paul’s letters, is essential. Trust God’s Word to give you clear direction, and then act accordingly.


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¿Sin tiempo para Dios?

Los que no tienen tiempo para Dios deberían considerar cuáles serían sus circunstancias si Él no tuviera tiempo para ellos; no hay tiempo para pintar los atardeceres, no hay tiempo para enviar los cálidos rayos del sol o las refrescantes lluvias, no hay tiempo para hacer crecer los cultivos y las flores. Dudamos que cualquier persona pensante realmente no quiera tener nada que ver con Dios.

Caín despreció la autoridad de Dios y finalmente asesinó a su hermano, pero cuando fue expulsado de la presencia de Dios dijo: “Mi castigo es mayor de lo que puedo soportar” (Gén. 4:13).

Una de las frases más tristes en los registros de los evangelios es la predicción de nuestro Señor de que tendría que decirles a algunos: “Nunca los conocí; apartaos de mí, hacedores de iniquidad” (Mat. 7:23).

Exactamente lo que significará ser “lanzados al lago de fuego” (Apoc. 20:15), oramos a Dios que ninguno de nuestros lectores lo descubra jamás, pero las Escrituras indican claramente que los involucrados serán arrojados para siempre fuera de la presencia de Dios.

Gracias a Dios, no es Él quien desea esto. Él pagó por nuestros pecados en el Calvario para reconciliarnos consigo mismo (Efesios 2:16). San Pablo declara que Dios ha llamado a los creyentes “a la comunión con su Hijo” (1 Cor. 1:9) y que en Su venida por ellos estarán “siempre con el Señor”, añadiendo: “Por tanto, alentaos los unos a otros con estas palabras” (1 Tesalonicenses 4:17,18).

“Ahora bien, somos embajadores de Cristo, como si Dios os rogase por medio de nosotros; os rogamos en el nombre de Cristo, reconciliaos con Dios” (II Corintios 5:20).

Dios ha demostrado su amor por nosotros en Cristo. ¿Por qué no responder confiando con gratitud en Cristo como su Salvador?


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Paul Begins to Train Timothy – Acts 16:1-5

 

Summary:

Timothy was already a “disciple” (v.1), so how can Paul call him his “son” (ITim.1:2), a name reserved for men he led to Christ (cf.Phile.1:10)? Paul led Tim to the Lord during his first visit in Acts 14:6,7. He had help from Tim’s mom, who prepared his heart by teaching him the Scriptures (IITim.3: 15). Her mom prepared her (IITim.1:5), so she could prepare him. Finding Tim saved, Paul began to prepare him for the ministry, so he in turn could prepare others (IITim.2:2).

Since Grandma Lois raised Tim’s mom Eunice in the Jewish faith, she would have taught her not to marry a Gentile (Deut.7:1-3). But Eunice didn’t listen (Acts 16:1). And when verse 1 described her as “a Jewess which believed,” but doesn’t describe her husband as a Greek who believed, he must not have been saved. That’s why Acts 16:1 says “behold, a certain disciple was there, named Timotheus.” Great men of God don’t often come from a marriage of mixed faith, but Eunice overcame that disadvantage by teaching her son the Word of God!

Since it had been 7 years since Paul led Tim to the Lord, he had time to become well known among the brethren in two cities (Acts 16:2). Part of that was Paul’s doing, for Paul visited Tim’s town a second time to confirm him (Acts 14:21, 22). So by the time Paul made this third visit, he saw so much he liked in Tim, he decided to take him with to preach in other cities (Acts 16:3) to train him for the ministry.

Picking a half-Jew/half-Gentile to help him was a picture of what was happening in Acts. Paul’s first helpers, Barnabas and Silas, were fully Jewish, Tim was half Jewish, and later Paul picked a full Gentile named Titus to help him. That pictures how God’s servants went from being Jews to Gentiles, as they are today. Tim typified the Body of Christ, made up of Jews and Gentiles (ICor.12:13). He needed wine for his sickliness (ITim.5:23), a type of how the early church needed the wine of the gifts of the Spirit (cf.Acts 2:4,13) until the Bible was complete.

Tim probably got saved at age 5 and began training seven years later at age 12. That’s the only way 12 years later he could still be called a “youth” (ITim.4:12). Twelve is the age Jewish boys had their bar mitzvah, and were considered old enough to begin apprenticing for their life’s work.

But why’d Paul circumcise Tim (Acts 16:3)? It was because the Jews in that area knew he wasn’t circumcised, and would not let him in their synagogues when Paul came to preach to them. So Paul let Tim become “as” a Jew to win them (ICor. 9:20-23), as James advised us all to do (Acts 15:19-21).

But that doesn’t mean it’s okay to be baptized so Baptists will let you teach in their church, so you can win them to the grace message! Circumcision gave a Gentile a new nationality: Jewish. So Paul circumcised Timothy to make him acceptable to Jews as a member of the Hebrew nation, not to make him acceptable as a member of the Hebrew religion. But no one is a Baptist by nationality, so the only reason to be baptized would be to join the Baptist religion.

Later, Paul refused to let his Gentile helper Titus be circumcised (Gal.2:3-5), because that wouldn’t gain those Jews to Paul’s faith, it would join Titus to the Jews’ faith, and obligated him to keep the law (Gal.5:3cf.Rom.6:15).

The “decrees” (Acts 16:4) were the ones James made in Acts 15. Paul was delivering them to Gentiles, and he could now point to Tim as a living example of doing things not to offend the Jews! Paul established those new Gentile members of the Body of Christ (Acts 16:5) with the mystery (Rom.16:25).

All of that ended up being the first step in Tim’s training. Lesson #1 was how to be respectful of the convictions of others. Sad to say, many grace believers haven’t learned it!

A video of this sermon is available on YouTube: “Paul Begins To Train Timothy” Acts 16:1-5

Did the Chief Priests or Judas Buy the Potter’s Field?

“Matthew 27:6-10 says the chief priests bought the potter’s field, and Acts 1:18 says Judas did. Which was it?”

Judas returned the 30 pieces of silver he received for betraying the Lord to the priests, but they said, “It is not lawful for to put them into the treasury, because it is the price of blood” (Matt. 27:6). Because of that, the money was never technically theirs to use to purchase anything. But Judas was dead, so technically he couldn’t purchase anything either. So it is not incorrect to attribute the purchase to both.

If that’s not clear, let’s say a Mafia hitman killed someone, then felt remorseful enough to donate the money he was paid to a church right before killing himself, in hopes of staving off God’s condemnation for his wicked act. If the church had a policy of refusing to receive ill-gotten gain from morally objectionable sources, they might in turn give the money to the family of the hitman’s victim.

In such a case, it could be said that the hitman actually donated the money to the victim, since the church policy technically prohibited them from receiving the money and being able to donate it to anyone. But it would also be correct to say that the church contributed the gift, because dead men can’t donate any money to anyone either. And in the same way, it’s not incorrect to ascribe the purchase of the field to both Judas and to the priests.

To the Reader:

Some of our Two Minutes articles were written many years ago by Pastor C. R. Stam for publication in newspapers. When many of these articles were later compiled in book form, Pastor Stam wrote this word of explanation in the Preface:

"It should be borne in mind that the newspaper column, Two Minutes With the Bible, has now been published for many years, so that local, national and international events are discussed as if they occurred only recently. Rather than rewrite or date such articles, we have left them just as they were when first published. This, we felt, would add to the interest, especially since our readers understand that they first appeared as newspaper articles."

To this we would add that the same is true for the articles written by others that we continue to add, on a regular basis, to the Two Minutes library. We hope that you'll agree that while some of the references in these articles are dated, the spiritual truths taught therein are timeless.


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Una causa noble – I Samuel 17:29

Cuando América fue atacada el 11 de septiembre, la nación fue sacudida casi hasta el núcleo. Casi de inmediato, hubo una ola patriótica de personas que voluntariamente se unieron a las fuerzas armadas para defender a nuestro país. Entre estos hombres y mujeres valientes estaba Pat Tillman, que ganaba mucho dinero como jugador de fútbol profesional. Se unió a los Rangers del Ejército en el 2002 y sirvió honorablemente hasta que fue asesinado en Afganistán. ¿Por qué dejó Tillman su hogar, su familia y una carrera lucrativa? Él podría haber preguntado: “¿No hay una causa?”

Algunas veces, las cosas más importantes en una historia se pierden en la familiaridad o en voluminosos detalles. Te pedimos que veas algo nuevo y emocionante a partir del antiguo registro de David desafiando y derrotando a Goliat. Cuando los filisteos reunieron a sus ejércitos para atacar a Israel, su campeón, Goliat, conmocionó y paralizó el corazón de Israel y el Rey Saúl. Nadie lo había desafiado hasta que llegó el joven David. Evaluando rápidamente la situación, estaba dispuesto a luchar contra Goliat, declarando a todos: “¿No hay una causa?” (I Samuel 17:29). La respuesta fue “Sí”. El pueblo de Dios, la tierra prometida de Dios y el nombre de Dios fueron atacados. Por lo tanto, David se ofreció voluntario para ir a la batalla contra Goliat (vs.32), y lo hizo de la manera correcta y por las razones correctas. Estaba dispuesto a luchar, porque este filisteo estaba dispuesto a desafiar “a los escuadrones del Dios viviente” (vs.26). En otras palabras, el testimonio de Jehová estaba en juego, y su integridad tenía que ser defendida. David fue a la batalla, no en su propio nombre, sino “en el nombre del Señor de los Ejércitos” (vs.45). Defender el nombre de Dios es siempre una causa digna. David estaba dispuesto a ir a la batalla porque lo hizo, no con la confianza de su propia carne, sino con la confianza de que Dios le daría la victoria (vs.37-47). En otras palabras, sería obra de Dios y Dios obtendría la gloria. Como David tenía una causa noble, creía que Dios bendeciría sus esfuerzos. David fue a la batalla con el propósito de que una victoria dada por Dios mostraría a “toda la tierra… que hay Dios en Israel” (vs.46). Llevar un poderoso testimonio del Señor ante las almas perdidas era una causa por la que valía la pena luchar. Preguntamos a cada cristiano: “¿No hay una causa?” Las almas perdidas necesitan escuchar el evangelio, las personas de todas las edades necesitan que se les enseñe la Palabra de Dios, y las iglesias necesitan personas fieles para promover la causa de Cristo. ¿Te reportarás para el deber? 


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A Worthy Cause – I Samuel 17:29

When America was attacked on 9/11, it shook our nation to its core. Almost immediately, there was a patriotic surge of people voluntarily joining the armed services to defend our country. Among these brave men and women was Pat Tillman, who was making big money as a professional football player. He joined the Army Rangers in 2002 and served honorably until he was killed in Afghanistan. Why did Tillman leave home, family, and a lucrative career? He might have asked, “Is there not a cause?”

Sometimes the more important things in a story become lost in familiarity or voluminous detail. We ask you to see something new and exciting from the old record of David challenging and defeating Goliath. When the Philistines gathered their armies to assault Israel, their champion, Goliath, struck paralyzing fear into the heart of Israel and King Saul. No one would challenge him until young David arrived. Quickly assessing the situation, he was willing to fight Goliath, declaring to all, “Is there not a cause?” (I Samuel 17:29). The answer was, “Yes.” God’s people, God’s promised land, and God’s name were being assaulted. Therefore, David volunteered to go to battle against Goliath (vs. 32), and he did so in the right way and for the right reasons. He was willing to fight because this Philistine was willing to “defy the armies of the living God” (vs. 26). In other words, the testimony of Jehovah was at stake, and His integrity had to be defended. David went to battle, not in his own name, but “in the name of the Lord of hosts” (vs. 45). Upholding God’s name is always a worthy cause. David was willing to go to battle because he did so, not in the confidence of his own flesh, but confident that God would give him the victory (vss. 37,47). In other words, it would be God’s doing, and God would get the glory. Because David had a noble cause, he believed God would bless his efforts. David went to battle with the purpose that a God-given victory would show “all the earth…that there is a God in Israel” (vs. 46). To bring a powerful testimony of the Lord before lost souls was a cause worth fighting for.

We would ask every Christian, “Is there not a cause?” Lost souls need to hear the gospel, people of all ages need to be taught God’s Word, and churches need faithful people to advance the cause of Christ. Will you report for duty?


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Un apóstol según la fe

En su epístola al joven pastor Tito, el apóstol Pablo habló de su apostolado de una manera única, diciendo:

“Pablo…apóstol…según la fe de los escogidos de Dios…” (Tito 1:1)

¿Qué podría haber querido decir Pablo cuando dijo que fue hecho apóstol “según la fe de los escogidos de Dios”?

Bueno, la palabra “elegido” significa escogido, por supuesto. Cuando tenemos una elección, elegimos un candidato para que sea nuestro líder. Y cuando se trata de los elegidos de Dios, incluso los enemigos del Señor sabían que Él era el elegido de Dios (Lucas 23:35). Usted mismo se convirtió en parte de los elegidos de Dios cuando creyó en el evangelio y Dios lo colocó “en Cristo” (I Corintios 1:30). Así es como ha funcionado siempre, en cada dispensación. Isaías identificó al Señor Jesús como el elegido de Dios (Isa. 42:1 cf. Mt. 12:18, 19), pero luego identificó a los creyentes en Israel como los elegidos de Dios (65:9, 22).

Pero cuando Pablo dijo que había sido hecho apóstol según la fe de los elegidos de Dios, eso no puede estar hablando de la fe que ponemos en Cristo para ser parte de los elegidos. Nuestra fe no apareció hasta mucho después de que Pablo fuera hecho apóstol, por lo que no pudo haber sido hecho apóstol de acuerdo con esa fe. Cualquiera que sea la fe de la que está hablando aquí, debe haber existido antes de que Pablo fuera apóstol, y él fue hecho apóstol de acuerdo con ella.

Aquí es útil recordar que la frase “la fe” puede referirse a un cuerpo de verdad, como lo hace cuando Pablo y Bernabé “volvieron de nuevo a Listra, Iconio y Antioquía… exhortándolos a continuar en la fe” (Hechos 14:21,22). Vemos esta misma definición de la frase “la fe” cuando Pablo más tarde ayudó a algunas iglesias a ser “establecidas en la fe” (Hechos 16:5). En estos versículos, “la fe” se refiere claramente al cuerpo de verdad dado a Pablo. Esa es la cosa en la que los creyentes deben establecerse, y esa es la cosa en la que deben continuar, como insisten esos versículos y otros (cf. Rom. 16:25; Hechos 13:43, I Tim. 4:16, II Timoteo 3:14).

Y eso es lo que significa la frase “la fe” en Tito 1:1 también. El cuerpo de verdad que le fue dado a Pablo existía en la mente de Dios antes de que el mundo comenzara, y Pablo fue hecho apóstol de acuerdo con él. Es decir, fue hecho apóstol para revelar esa fe y predicarla, y dar a conocer ese cuerpo de verdad. Pablo la llama “antes que viniese la fe” (Gálatas 3:23) porque mientras existió en la mente de Dios antes del comienzo del mundo, dice que Dios “manifestó su palabra por medio de la predicación que me ha sido encomendada” (Tito 1:3). Es el mensaje de la gracia de Dios, y es la razón por la que Pablo escribió que había “recibido la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones” (Rom. 1:5).

¿Ha sido obediente a la fe, y “obedeció de corazón la forma de doctrina que les fue dada” por medio de Pablo (Rom. 6:17)? Pablo dice que Dios nos imputará su propia justicia “si creemos en aquel que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro;

“El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación” (Romanos 4:24,25).

“Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:31).


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Imitación – I Samuel 8

En un episodio de 2016 de la comedia televisiva Last Man Standing, todos los personajes se disfrazaron de otro miembro de la familia para una fiesta. También debían actuar y hablar como el personaje que imitaban. Lo que siguió fue una exageración de manierismos y filosofías hasta el punto de insultarse entre ellos. Lo que comenzó como una actividad divertida, rápidamente degeneró en sentimientos heridos, relaciones dañadas y una fiesta descarrilada.

Cuando los hijos de Samuel fueron designados como jueces de Israel, se corrompieron, se pervirtieron en el juicio y “no andaban en los caminos” (I Samuel 8:3). En respuesta, la gente reaccionó de forma exagerada al exigir que Samuel ungiera un rey para reinar sobre ellos. Hubo, sin embargo, varios problemas con esta solicitud. Primero, no trataron de arreglar los problemas con los sacerdotes corruptos. Podrían haber abordado correctamente sus malas acciones, dando la oportunidad de corregir su comportamiento miserable, o simplemente solicitar nuevos jueces piadosos para reemplazarlos. En segundo lugar, no pidieron sabiduría al Señor, ni consultaron la Palabra escrita de Dios sobre cómo manejar mejor esta situación. En lugar de eso, voluntariamente avanzaron solo en la sabiduría humana. Previsiblemente, lo que siguió fue un desastre. En tercer lugar, su motivo para exigir un rey estaba mal. Dos veces le dijeron a Samuel que querían un rey que reinara sobre ellos para que pudieran ser “como todas las naciones” a su alrededor (I Samuel 8:5-20). Nunca es sabio para los creyentes tratar de imitar a los perdidos. Esto conducirá a estándares, prácticas, prioridades, actitudes y acciones imprudentes de adoración. Puede ayudarnos querer “encajar” entre la multitud, pero Dios siempre ha tenido la intención de que sus hijos sean claramente diferentes de los perdidos. No debemos conformarnos a este mundo, sino ser transformados por el Señor en una mayor piedad (Romanos 12:1-2). No debemos caminar como los gentiles (o paganos) caminan (Efesios 4:17), tenemos que ser un pueblo peculiar en piedad y servicio para Él Señor (Tito 2:14). Lo que siguió en Israel fue la esclavitud hacia el mundo, un impacto inepto de los perdidos y una relación descarrillada con el Señor.

¿A quién estás tratando de imitar? La lección principal para aprender de este ejemplo es tener cuidado de no imitar al mundo no regenerado. El Salvador quiere que nosotros lo imitemos a Él y a quienes modelan sus vidas después de Él en la piedad. Te alentamos a tomar una decisión consciente hoy para abandonar la imitación de personas y estándares mundanos. Entonces, abraza la idea de imitar la piedad.


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