El gran poder de Dios

by Pastor Cornelius R. Stam

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En 1866 Alfred Nobel inventó un explosivo hecho de nitroglicerina absorbida en un material poroso. Era, con diferencia, el explosivo más potente que se había inventado hasta el momento.

Cuando Nobel y sus amigos vieron lo que podía hacer su invento y tuvieron que decidir un nombre, buscaron la palabra más fuerte posible para poder, en cualquier idioma. La palabra que finalmente eligieron fue la palabra griega dunamis, de la cual se deriva nuestra palabra dinamita.

Esta palabra, en griego también la palabra más fuerte para poder, se usa una y otra vez en el Nuevo Testamento y generalmente se traduce simplemente como “poder”.

Cuando nuestro Señor obró milagros, por ejemplo, San Lucas testifica que “el PODER [dunamis] del Señor estaba presente para sanar” (Lucas 5:17). Al prometer a sus apóstoles que ellos también obrarían milagros, dijo: “Seréis investidos de PODER [dunamis] desde lo alto” (Lucas 24:49).

Cuando los saduceos cuestionaron la resurrección, Jesús respondió: “Os equivocáis ignorando las Escrituras y el PODER [dunamis] de Dios” (Mateo 22:29), y San Pablo declara que Cristo fue “declarado el Hijo de Dios con PODER [dunamis]… por la resurrección de entre los muertos” (Romanos 1:4).

Usando esta misma palabra, Pablo, por inspiración, declara que “el evangelio de Cristo… es PODER DE DIOS PARA SALVACIÓN a todo aquel que cree…” (Rom. 1:16). Esto se debe a que, según este evangelio, o buena noticia, “CRISTO MURIÓ POR NUESTROS PECADOS”, y “LA PREDICACIÓN DE LA CRUZ”, dice, es para los creyentes “PODER DE DIOS” (ICor.1:18).

Pero no sólo los creyentes son salvos por el poder de Dios; son “GUARDADOS POR EL PODER DE DIOS” (I Ped. 1:5). De hecho, el adjetivo de esta misma palabra “dunamis” se usa en Hebreos 7:25, donde leemos que el Señor Jesucristo es “PODER… PARA SALVAR… A LO SUMO [AQUELLOS] QUE VIENEN A DIOS POR ÉL”. Por lo tanto, la Biblia usa la palabra más fuerte para poder para mostrar cuán segura es la salvación de aquellos que confían en Cristo.