¿Quién pensaría que Dios podría mentir?

by Pastor Ricky Kurth

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“En la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio del mundo” (Tito 1:2).

Se cuenta la historia de un trabajador de una fábrica bastante ingenuo al que llamaron a la oficina de su supervisor para responderle a su capataz. Su supervisor preguntó: “¿Llamó mentiroso a su capataz?” El hombre admitió que sí. “¿Lo llamaste estúpido?” Tenía que admitir que eso también era cierto. “¿Lo llamaste ególatra narcisista y obstinado?” A esta acusación, el hombre ingenuo respondió: “No, pero ¿podrías escribirlo para que pueda recordarlo?”

Por supuesto, nadie jamás acusaría a Dios de mentir, ¿o sí? Debe haber una razón por la que el apóstol Pablo le escribió a Tito acerca de la esperanza de la vida eterna, “la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio del mundo” (Tito 1:2). ¿Por qué Pablo tendría que dar fe de la integridad de Dios de esa manera? Seguramente alguien estaba pensando que Dios podía mentir, o no habría sido necesario afirmar lo contrario. Y no es probable que fuera Tito.

Pero Tito estaba destinado en la isla de Creta (Tito 1:5), y los cretenses a quienes ministraba solían adorar al dios griego Zeus, de quien se dice que nació en Creta. Y según la mitología griega, Zeus siempre le mentía a su esposa Hera para encubrir las aventuras que tenía con dioses, ninfas y mujeres mortales. De modo que los cretenses necesitaban la seguridad de que el Dios de la Biblia no estaba mintiendo al prometerles vida eterna, una seguridad que Pablo estuvo más que feliz de darles en una epístola que se convirtió en parte de la Palabra escrita de Dios.

Por cierto, ¿alguna vez te preguntaste por qué los dioses de los griegos eran tan degenerados moralmente? ¿Por qué alguien inventaría dioses que fueran culpables de mentir, engañar, robar, fornicar e incluso matar? ¡Fue porque si tus dioses actuaron así, te dio una excusa para actuar así! ¡Los griegos inventaron tales dioses para justificar su propia pecaminosidad! Después de todo, ¡los dioses no podrían negar con justicia a los hombres la entrada al cielo debido a sus pecados si ellos mismos fueran igual de depravados moralmente!

¡Cuán diferente es el Dios de la Biblia! La Biblia no justifica a los hombres rebajando a Dios a su bajo nivel de maldad. ¡La Biblia justifica a los hombres elevándolos al nivel de Dios! Mientras el Señor Jesucristo colgaba de la cruz del Calvario, Dios hizo “pecado por nosotros a aquel que no conoció pecado; para que seamos hechos justicia de Dios en él” (II Corintios 5:21). Eso significa que si has confiado en Cristo como tu salvador, tienes la justicia misma de Dios. Dios mismo no es más justo que tú, porque has sido “hecho justicia de Dios”. Y eso significa que Dios no puede negarte con justicia la entrada al cielo, porque Él te ha elevado a Su propio nivel de justicia.

Si eso te hace sentir eternamente seguro, ¡di amén!


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