Los Doce Apóstoles Y Pablo

by Pastor Cornelius R. Stam

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Al comparar el ministerio de los doce apóstoles con el del apóstol Pablo, debemos observar cuidadosamente:

1. Los doce fueron elegidos por Cristo EN LA TIERRA (Lucas 6:13) mientras que Pablo fue elegido más tarde por Cristo EN EL CIELO (Hechos 9:3-5; 26:16).

2. Antes de la conversión de Pablo, los doce habían conocido a Cristo solamente EN LA TIERRA (I Juan 1:1). Incluso en Su ascensión al cielo “una nube que le ocultó DE SUS OJOS” (Hechos 1:9). Pero Pablo conocía a Cristo solamente EN EL CIELO, nunca lo había visto en la tierra (Hechos 26:16; 1 Cor. 15:8)

3. Los doce representaban a su propia nación. El número doce no tiene conexión con el “único Cuerpo” de Cristo. Como sabemos, Jacob de la antigüedad “engendró a los doce patriarcas” (Hechos 7:8). De estos surgieron las doce tribus de Israel. Estas tribus tenían doce príncipes sobre ellos (Números 1:16). Incluso cuando Israel estaba gobernado por reyes, todavía había doce príncipes, uno sobre cada tribu (I Crónicas 27:22). Así, al salir a proclamar “el evangelio del reino”, nuestro Señor escogió a doce príncipes para los doce tronos del reino venidero (Mat. 19:28).

Por otro lado, Pablo, como un apóstol, representa el “único Cuerpo”, la Iglesia de hoy (Rom.12:5; 1Cor. 12:13; Ef.4:4). Sin embargo, él era tanto un hebreo de nacimiento como un romano de nacimiento, por lo que representó a los judíos y gentiles creyentes “reconciliados… con Dios en un solo cuerpo por medio de la cruz…” (Efesios 2:16).

4. Los doce fueron enviados a proclamar el reino de Cristo “cercano” (Mateo 10:7), y luego a ofrecer su establecimiento en la tierra (Hechos 3:19-26). Pero Pablo fue enviado a proclamar “el evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24), mientras el reino está en suspenso.

5. El ministerio de los doce se basó en las promesas del pacto (Isaías 60:1-3; Lucas 1:70-79; Hechos 3:22-26). El ministerio de Pablo no se basó en las promesas del pacto, sino totalmente en la gracia de Dios a través de Cristo (Romanos 3:21-28; 5:20,21; Efesios 1:6,7; 2:7; etc.).