Tenemos una anciana querida que ha sufrido una serie de apoplejías. Su última apoplejía le robó prácticamente toda la vista en su lado izquierdo. En consecuencia, particularmente con la capacidad previamente disminuida en su ojo derecho, tiene dificultades para ver cosas en su entorno. Para ella, es una verdadera bendición cuando la familia viene a verla. También le encanta tener muchas antigüedades familiares sentimentales. Sin embargo, a menudo cuando estas y otras bendiciones están justo en frente de ella, o bien no puede verlas en absoluto, o ella no reconoce lo que son.
A menudo sucede que los cristianos no ven, o reconocen en sus mentes y corazones, todas las formas en que Dios nos ha bendecido tan abundantemente. Aprendemos de Efesios 1: 3 que “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales.” ¿Qué clase de bendición espiritual tenemos basada en nuestra salvación en el Señor Jesús? “la barrera de división” (Efesios 2:14) que nos separa de Dios, se ha roto. Hemos sido Dios les dio vida [espiritualmente vivos] juntamente con él, perdonándonos todos los delitos” (Colosenses 2:13). Los creyentes ahora son “la justicia de Dios” en Cristo (2 Corintios 5:21). Estamos sellados con seguridad eterna, justificados, tenemos acceso a Dios a través de la oración y recibimos cientos de bendiciones espirituales. Pero no debemos ser miopes. Dios también nos ha bendecido con muchas bendiciones que no se caracterizarían como aquellas “en los lugares celestiales” (Efesios 1: 3). Pablo enseñó que debemos dar gracias a Dios por la comida (Romanos 14: 6). Esto implica que el Señor finalmente proporciona nuestra comida, el dinero para comprarla, la salud para ganársela y el empleo para hacerlo posible. Los santos de antaño vieron a los niños (o familia), la lluvia, la Palabra escrita de Dios, amigos, hogares, riquezas, puertas abiertas para servir al Señor, seguridad en el viaje, protección de los malhechores y mucho más, todo como bendiciones de Dios. Necesitamos ver que “todo buen obsequio y todo don perfecto es de lo alto, y desciende del Padre de las luces” (Santiago 1:17).
Si no miramos más allá de nuestra bendición espiritual en Cristo para ver también las bendiciones diarias provistas por la mano de Dios, perderemos la alegría de comprender todas Sus bendiciones. Debes estar atento a todas las benditas disposiciones de Dios y debes hacer una lista escrita para la cual puedas darle gracias.