La entrada triunfal: ¿pasada o futura?

by Pastor Cornelius R. Stam

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¿En realidad nuestro Señor entró triunfante en Jerusalén para convertirse en Rey de la Iglesia? ¿O aún está por llegar su verdadero triunfo?

Es cierto que la gente del pueblo gritó: “¡Hosanna! Bendito el Rey de Israel que viene en el nombre del Señor” (Juan 12:12,13). Pero Jesús respondió entrando en la ciudad, montado en “un pollino de asna” (Versículos 14,15). ¡Seguramente esta no era una vista muy majestuosa! Una vez antes, cuando sabía que “vendrían y lo tomarían por la fuerza para hacerlo rey, se fue… a un monte él solo” (Juan 6:15).

Sabía que aún no era tiempo de que Él reinara. Primero debe venir la cruz, luego el trono. Zacarías había profetizado de esta entrada en Jerusalén, diciendo: “¡He aquí tu Rey!” ¡Míralo! y luego describe su entrada: “humildemente, y cabalgando sobre un asno, y sobre un pollino hijo de asna” (Zacarías 9:9).

En esta entrada, “Cuando se acercó, miró la ciudad y lloró sobre ella” (Lucas 19:41). En esta entrada entró en el templo, miró alrededor y volvió a salir (Marcos 11:11). Era la casa de Su Padre, pero Él no podía adorar allí. Se había convertido en una cueva de ladrones. No, esta no fue una entrada triunfal. Míralo, manso, humilde, montado en un pollino de asna, y luego míralo viniendo otra vez como lo describe Apocalipsis 19:11-16. ¡Qué diferente el simbolismo!

Una vez manso, humilde y “que tenía salvación”. Ahora, “con justicia juzga y hace la guerra”. Una vez, montando “un pollino de asna”. Ahora, “¡Mira! ¡un caballo blanco! Y esos ojos, una vez llenos de lágrimas, ahora son “como una llama de fuego”.

La verdadera entrada triunfal de nuestro Señor aún es futura. Según la profecía, Él vendrá otra vez, sofocará toda rebelión contra Sí mismo y reinará en gloria y poder. ¡Gracias a Dios que aún no lo ha hecho! En amor, todavía señala el Calvario, donde murió por nuestros pecados y nos ofrece las riquezas de su gracia.

“El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación” (Rom.4:25).