Dios, que no puede mentir, prometió

by Pastor Cornelius R. Stam

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“En la esperanza de la vida eterna, la cual DIOS, QUE NO PUEDE MENTIR, PROMETIÓ…” (Tito 1:2).

En el mar Mediterráneo hay una isla que en los días de Pablo tenía muy mala reputación. Su nombre es Creta. A Tito, un pastor enviado a evangelizar a los habitantes, el apóstol Pablo le escribió: “Uno de ellos, incluso profeta de los suyos, dijo. Los cretenses son siempre mentirosos…” (Tit. 1:12), y añadió: “Este testimonio es verdadero” (Ver. 13). Pablo sabía que esto era un hecho, porque había trabajado entre ellos. De hecho, incluso la historia secular da testimonio de este rasgo de los cretenses, pues se nos dice que en la antigüedad llamar cretiano a un hombre era llamarlo mentiroso.

¡Qué maravilloso que San Pablo hubiera logrado establecer unas cuantas pequeñas asambleas cristianas en esta isla y que Tito estuviera ahora trabajando allí como su sucesor! ¡Y qué tranquilizador que para Tito y estos pocos creyentes, rodeados por todas partes de personas en quienes no se podía confiar, Pablo pudiera escribir acerca de “la vida eterna, que Dios, que no miente, prometió”!

“Dios no es hombre para que mienta; ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Ha dicho, y no lo hará? ¿O ha hablado y no lo cumplirá? (Números 23:19).

Gracias a Dios, millones de personas han confiado en Su Palabra, especialmente en lo que respecta a la salvación mediante la obra de redención todo suficiente y consumada realizada por Cristo en el Calvario, y han descubierto que es benditamente cierta.

En docenas de pasajes de las Escrituras, Dios ha prometido vida eterna a quienes confían en Cristo y su pago por el pecado. “Cristo murió por nuestros pecados” (I Cor. 15:3). “[Él] fue entregado por nuestras transgresiones y resucitó para nuestra justificación” (Romanos 4:25). “El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36). “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo” (Hechos 16:31). Tómalo en Su Palabra; Su promesa es buena. “DIOS, QUE NO PUEDE MENTIR, LO PROMETIÓ”.