¿Por qué los misioneros abandonan a sus familias y su país natal para trabajar en tierras lejanas? ¿Por qué los trabajadores cristianos (maestros, secretarias, etc.) trabajan en ministerios en lugar de trabajar en puestos mejor remunerados en el mundo? ¿Por qué la mayoría de los creyentes dan alegremente de sus ingresos a la iglesia local cuando podrían gastarlos en cosas placenteras? ¿Por qué los maestros de la escuela dominical y de la Biblia sacrifican su tiempo para prepararse para su ministerio a los santos en lugar de utilizar ese tiempo para el ocio? ¿Por qué tantos creyentes hacen una prioridad reservar tiempo para estar constantemente en la clase de Biblia, la hora de predicación y los servicios de oración y estudio a mitad de semana cuando podrían elegir pasar este tiempo en el trabajo o en el ocio?
La respuesta a las preguntas anteriores se encuentra en 2 Corintios 4:18: “No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”. Como puede ver, un creyente verdaderamente espiritual NO vive simplemente para esta vida solamente. En cambio, sopesa sus acciones y decisiones presentes desde una perspectiva celestial y eterna de ganancia o pérdida. Es capaz de ver el tiempo, el ministerio, las finanzas y las decisiones de hoy como una oportunidad para invertir en una recompensa futura eterna, y está motivado a hacerlo con coherencia, diligencia y alegría.
¿Cómo ha estado mirando su vida? ¿Ha estado mirando solo las “cosas que se ven” o ha estado mirando y valorando más las cosas que son eternas? Este puede ser un buen día para cambiar el enfoque y la prioridad.