Una vida y una muerte importan – Romanos 8:6

by Pastor John Fredericksen

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En 1983, la cantante Karen Carpenter murió de complicaciones ocasionadas por la anorexia. Para muchos de nosotros, esta sorprendente noticia fue nuestra primera exposición a este trastorno alimenticio. Al igual que otras personas que luchan con este problema, Karen se vio a sí misma con sobrepeso y sin amor. En consecuencia, tuvo una gran pérdida de peso. En 1975, con 90 libras, colapsó en el escenario. Mas tarde, los miembros de la familia se dieron cuenta de que su dieta inadecuada era un asunto de vida o muerte e intentaron intervenir. Desafortunadamente, Karen no cooperó del todo. Finalmente, murió.

El apóstol Pablo habla de un asunto espiritual de vida o muerte cuando escribió: “Porque la intención de la carne es muerte, pero la intención del Espíritu es vida y paz”. (Romanos 8: 6). Afortunadamente, nadie que confía solo en Cristo para la vida eterna perderá su salvación. Una vez salvados, estamos sellados hasta el día de la redención, y nada puede separarnos del amor de Dios o de nuestra herencia celestial. Sin embargo, si elegimos persistir en un caminar caprichoso hacia Cristo, podemos llegar a estar en efecto, muertos espiritualmente, aunque todavía tengamos vida eterna. Pablo advierte a los creyentes de la posibilidad de volverse tan duros en su corazón que desarrollen una conciencia insensible (I Timoteo 4: 2), transformando los “sentimientos del pasado” y alejados de la diaria “vida de Dios” (Efesios 4: 17-19). Esta es la razón por la cual, en Romanos 8: 6, Pablo instó a los creyentes a tener una mentalidad espiritual y no tener una mente carnal. A lo que Pablo se refería específicamente, en este contexto, era el peligro de continuar bajo la esclavitud de la Ley mosaica. Era un sistema carnal de sacrificios de animales, circuncisión y obras humanas. En capítulos anteriores, Pablo enseñó a estos santos que no estaban bajo la ley, sino bajo la gracia. Estaban muertos a las demandas de la ley. Ahora no hay condena a aquellos que dejaron atrás todas las prácticas de la Ley. Desafortunadamente, algunos todavía estaban tan preocupados, por la Ley, que insistieron en seguirla. El mensaje de Pablo para ellos fue que la sumisión al legalismo no solo trajo esclavitud; también produjo la muerte espiritual. En cambio, Pablo los instó a tener una mentalidad espiritual al abrazar la gracia como instrucción para el día de hoy y seguir estos principios de corazón.

No solo someternos al legalismo puede ahogar nuestra vida espiritual. Persistir en pecar, descuidar la Palabra de Dios y no buscar la transformación espiritual diaria también lo hace. Elije tener una mentalidad espiritual haciendo que caminar con Cristo sea tu máxima prioridad hoy. “La vida y la paz” seguirán.