Un estándar más alto – Efesios 5:3-16

by Pastor John Fredericksen

Print This Article

The Today Show tiene un segmento diario llamado “Lo que está en tendencia”. Por definición, una tendencia es lo que está en boga en eventos u opiniones. Puede ser peligroso que nos permitamos ser influenciados por estas tendencias inconstantes. Hace más de veinte años, conocí una joven profesante cristiana y luego a un joven cristiano que me dijeron, sin pudor, que estaban viviendo con alguien fuera del matrimonio. Recientemente, hace solo unos años, dos parejas cristianas de unos 70 años me dijeron lo mismo. Independientemente de las tendencias o racionalidad de nuestros días, esto sigue siendo inaceptable para un cristiano.

Pablo afirma: “Pero la inmoralidad sexual y toda impureza o avaricia no se nombren más entre ustedes, como corresponde a santos; ni tampoco la conducta indecente ni tonterías … sino, más bien, acciones de gracias” (Efesios 5: 3-4). Si bien cualquier forma de inmoralidad es un error, incluso una vez, es mucho peor sumergirse a sabiendas en un estilo de vida de comportamiento inmoral. En los versículos 4-6, Pablo describió una gama de pecados asociados entre los inconversos y recordó a los santos que así es como actúa un alma perdida. A menos que el individuo confíe en Cristo, experimentarán la ira eterna de Dios. Pablo continuó instando a los creyentes a vivir un estándar de conducta más elevado, diciendo: “No sean partícipes con ellos” (vs.7). Continuó instándolos a probar lo que es “agradable al Señor” (vs.10), y a vivir como “hijos de luz” (vs8) en lugar de como los hijos de la oscuridad y la destrucción. Sus instrucciones fueron: “Porque da vergüenza aun mencionar lo que ellos hacen en secreto” (vs. 12), y obviamente mucho peor practicarlas intencionalmente. En cambio, nosotros que conocemos a Cristo debemos vivir en tal pureza que nos convertimos en una luz que señala las almas perdidas para el Salvador (vss.13-14). Pablo concluyó instando a los santos pecadores a comprender “cuál es la voluntad del Señor” (v.17), a redimir el tiempo que se les ha dado, y “andar con cuidado, no como imprudentes, sino como prudentes” (vs.15-16).

Nuestro propósito aquí no es golpear a quien ha caído temporalmente en la tentación de la inmoralidad. Es para advertir a todos que no acepten las tendencias impías de nuestro tiempo ni continúen viviendo en pecado ni siquiera un día más. Tengamos cuidado de no caer en estas trampas de Satanás. Vivir en pecado no solo es incorrecto, sino que entorpece nuestros sentidos espirituales, arruina nuestro testimonio y nos insensibiliza a una relación con Cristo. Al contrario, podemos buscar rescatar a aquellos que están atrapados.