¿Sincero o hipócrita? – Mateo 15:1-9

by Pastor John Fredericksen

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Cuando comencé a preocuparme por dónde pasaría la eternidad, primero me dirigí al pastor para preguntarle si podía decirme cómo tener vida eterna. Este pastor no tenía la menor idea, pero se opuso con vehemencia a que yo fuera a otra iglesia e hizo un gran alboroto.

Cuando los escribas y los fariseos vinieron de Jerusalén para cuestionar y oponerse al Señor Jesucristo, Su respuesta fue sorprendente. Los confrontó acerca de sus inconsistencias al colocar sus tradiciones sobre los mandamientos escritos de Dios. Entonces, Él claramente les dijo: ” Hipócritas! Bien profetizó Isaías de ustedes diciendo: Este pueblo me honra de labios, pero su corazón está lejos de mí.”(Mateo 15: 7-8). Esta fuerte reprimenda estaba destinada a sacar a estos hombres espiritualmente muertos de su frío letargo, hacia una relación viva con Él.

Solo realizar los rituales de la actividad religiosa sin un deseo genuino y sincero de tener una relación cercana y agradable con el Señor es una conducta hipócrita en cualquier dispensación. Podemos asistir a los servicios de la iglesia, vestirnos bien, actuar espiritualmente, incluso leer nuestra Biblia, y luego salir y vivir con todo el pecado del mundo. Cuando esto pasa, nos parecemos a los escribas y fariseos, a quienes el Salvador reprendió tan duramente. El apóstol Pablo advirtió a los santos en Éfeso acerca de persistir en una condición interna fría, carente de emociones y espiritualmente muerta. Explicó que incluso los creyentes con el tiempo podrían llegar a ser tan espiritualmente endurecidos que su “…entendimiento entenebrecido, alejados de la vida de Dios por la ignorancia” (Efesios 4: 17-19). Estos ejemplos pretenden alentarnos a ser genuinos en nuestro caminar con el Señor, fervientes en espíritu y cultivando intencionalmente un caminar cercano con el Señor. Podemos lograr esto a través del estudio regular de Su Palabra, con el patrón constante de poner en práctica la verdad bíblica cada día en nuestras vidas.

Es muy que apropiado, cuando leemos acerca de los ejemplos bíblicos de corazones alejados del Señor, que nos preguntemos sobre la condición de nuestro propio corazón. ¿Está tibio nuestro corazón en relación a Cristo? ¿Está nuestro corazón alejado del Salvador que murió por nosotros? ¿Estamos solo siguiendo los rituales de la actividad religiosa? Si nuestros corazones no están en la condición espiritual correcta, podemos elegir ahora mismo comenzar a responder con obediencia genuina a nuestro Salvador.