Sanar la amargura – Efesios 4:31-32

by Pastor John Fredericksen

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En el libro “The Telling Room”, el autor Michael Peteniti comparte la historia real de una mujer muy anciana que caminaba de su casa al cementerio y de regreso todos los días. Sin importar las condiciones, ella subía la ladera todos los días para escupir sobre la tumba de su archienemigo.

Los Cristianos pueden ser también llevados por la amargura, pero no debemos serlo. Efesios 4:31 insta a los creyentes a quitarse “toda amargura, enojo, ira, gritos y calumnia, junto con toda la maldad”. Cuando la amargura ha crecido en nuestras almas, debemos dejar que el Señor entre en nosotros para SANARNOS. Lo primero que debemos hacer es entregar al ofensor al Señor. Romanos 12:17 nos dice “No paguen a nadie mal por mal. Procuren lo bueno delante de todos los hombres”. Puede no ser lo que nuestra carne quiere escuchar, pero solo el Señor tiene el derecho de tomar acciones contra los que se equivocan. Sanar continúa cuando se le dan Emociones a Dios. Filipenses 4:6-7 promete que cuando presentes tus “peticiones delante de Dios… la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y mentes en Cristo Jesús”. Sin importar las circunstancias, cuando rezamos, Dios podrá sanar nuestras emociones heridas. Sanar continúa con Aceptar la consecuencia de nuestro dolor. Romanos 8:28 promete, “Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que lo aman; esto es, a los que son llamados conforme a su propósito”. Nuestro Dios omnipotente puede tomar las peores circunstancias y traer bondad a nuestras vidas como resultado. Por lo tanto, debemos confiar Él. La Sanación viene al buscar la Lección de Dios en nuestro juicio. Paul nos dice que, durante su peor persecución, aprendió que no debemos confiar “en nosotros mismos sino en Dios…” (II Corintios 1:9). Cuando lleguen las pruebas, busca una lección de vida espiritual. Sanar puede lograrse Invirtiendo en los que nos ofende. Es cierto, esto es muy difícil. Romanos 12:21 nos dice “No seas vencido por el mal sino vence el mal con el bien.” Esto nos ayuda a reenfocarnos y a ablandar al que nos ofende. La Sanación mejora cuando tomamos en cuenta nuestra responsabilidad de Perdonar al que nos ofende. Colosenses 3:12-13 urge a los creyentes a tener “compasión… humildad…. Paciencia… De la manera que el Señor los perdonó, así también háganlo ustedes.” La Sanación sólo estará completada cuando Vayamos por la vida sin paralizarnos. Revivir eventos dañinos o negarnos a seguir adelante con nuestra vida solo profundizará la herida en nuestro espíritu. Por lo tanto, Colosenses 3:15 nos aconseja a dejar que “…paz de Cristo gobierne en su corazón, pues a ella fueron llamados…”

Deja que el Gran Médico sane tu corazón aplicando estos principios.