Oración de intercesión – Efesios 1:16-19

by Pastor John Fredericksen

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Cuando O.J. Simpson fue acusado de asesinar a su esposa, a Nicole Brown Simpson, y a Ron Goldman, él contrató a un equipo de defensa de alto perfil, a menudo conocido como el “Equipo de ensueño”. Robert Shapiro y Johnnie Cochran lo lideraron. También incluyó a F. Lee Baily, Alan Dershowitz, Robert Kardashian, Shawn Holley, Carl E. Douglas y Gerald Uelman, con otros dos abogados especializados en pruebas de ADN: Barry Scheck y Peter Neufeld. Su trabajo era defender el caso de su cliente hábilmente ante un juez y un jurado con el fin de obtener un veredicto favorable.

En muchos sentidos, cada cristiano tiene el deber similar de convertirse en un habilidoso defensor de otros creyentes, representándolos ante el Juez de toda la humanidad, Dios Todopoderoso, y buscando obtener un resultado favorable. De hecho, es nuestro deber sagrado. El profeta Samuel les dijo a sus hermanos judíos: “¡lejos esté de mí pecar contra el SEÑOR dejando de rogar por ustedes!” (I Samuel 12:23). Debemos destacar que Dios a menudo responde las oraciones de Sus santos cuando estas son para otros creyentes. Mientras Pedro fue encarcelado por predicar a Cristo, “… sin cesar hacía oración a Dios por él” (Hechos 12:5). El Señor intervino enviando un ángel para liberar a Pedro (vss.6-11). Del mismo modo, el apóstol Pablo dijo que había sido liberado de la muerte cuando fue perseguido intensamente (2 Corintios 1:10), porque sus hermanos santos habían estado “cooperando a nuestro favor con ruegos” (vs.11). Cuando más tarde fue encarcelado por proclamar a Cristo, aseguró a los creyentes en Filipos: “pues sé que, mediante la oración de ustedes y el apoyo del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación” (Filipenses 1:19). Además, el apóstol Pablo oró personalmente y regularmente por las necesidades de los demás. Él les dijo a los santos en Éfeso que después de haber oído hablar de su fe en Cristo, “no ceso de dar gracias por ustedes recordándoles en mis oraciones” (Efesios 1:16). Si bien Filipenses 4:6 nos asegura que podemos orar por cualquier cosa, es digno de mención que, cuando Pablo oró por otros, principalmente oró por su crecimiento espiritual (Efesios 1:17-20). También debemos seguir este patrón cuando oramos por los demás.

Ha sido una gran bendición que este escritor haya tenido un “equipo de ensueño” de fieles guerreros de oración que lo representaban ante el trono de la gracia en sus momentos de necesidad. Atribuyo protección divina, provisión y habilitación a su oración de intercesión. Hoy, comienza a hacer un hábito diario orar por las necesidades de los demás. ¡Tus oraciones hacen la diferencia!