Olvidar la verdad – Mateo 11:4-6

by Pastor John Fredericksen

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Si alguna vez te has sentido frustrado porque te olvidas fácilmente de la verdad bíblica que una vez aprendiste, no estás solo. Muchos creyentes sinceros luchan con este problema, y yo soy uno de ellos. Para el miércoles, generalmente me cuesta mucho recordar lo que prediqué el domingo anterior. Mi mente avanza hacia las responsabilidades futuras y no mira al pasado. Para muchos de nosotros, nuestras mentes son como un colador que permite lavar la verdad. Por lo tanto, necesitamos una revisión constante de las verdades bíblicas.

Incluso Juan el Bautista tenía este problema. Mientras estuvo encarcelado y abandonado por Israel, este gran hombre de Dios se desanimó y confundió. Juan sabía que nuestro Señor era el Mesías, porque cuando bautizó a Cristo, Juan fue testigo de cómo el Espíritu de Dios descendió sobre el Salvador y oyó la voz del Padre desde el cielo al declarar a Cristo como su Hijo (Mateo 3: 13-17). Juan anticipaba al Salvador para establecer rápidamente su reino en la tierra. Con este retraso y la persecución de Juan, él envía a sus discípulos a Cristo preguntando: “¿Eres tú aquel que ha de venir, o esperaremos a otro?” (Mateo 11: 3). La respuesta del Señor Jesús es alentadora porque no fue dura. Más bien, fue paciente y amoroso. Más allá de los acontecimientos milagrosos que Juan presenció al confirmar que nuestro Señor era el prometido Rey de Israel, también debería haber recordado las profecías claves del Antiguo Testamento acerca del Mesías. Isaías 35: 1-5 predijo que el Mesías abriría los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos. Isaías 61: 1-3 declaró que el prometido de Israel tendría el Espíritu de Dios sobre él mientras predicaba a los mansos y quebrantados de corazón, y que proclamaría “el año agradable del Señor” [estableciendo un reino en la tierra para Israel]. El Señor Jesús les dijo a los discípulos de Juan que volvieran a él y confirmaran “otra vez” que los ciegos estaban siendo sanados, que los muertos habían resucitado, y que el Evangelio del Reino se les “anuncia” (Mateo 11: 5). Todas estas cosas demostraron que el Señor Jesús era el Mesías de Israel.

Cuando olvides las grandes verdades espirituales antes aprendidas, anímate que el Señor entiende, “Porque Él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo” (Salmo 103: 14). Él sabe que necesitaremos una revisión constante o lo olvidaremos. Esta es exactamente la razón por la cual Él nos proporcionó Su Palabra escrita. Haz que tu prioridad sea leerla cada día.