Con gran agradecimiento puedo decir que uno de los mejores ejemplos de un esposo que honra a su esposa es mi yerno, Justin. Con gran consistencia, es sensible al bienestar de su esposa, considerado con lo que ella desea, tratándola con amor, respetuoso de sus opiniones y lo suficientemente sabio para buscar regularmente su consejo. Él la involucra como un igual en todas las decisiones familiares y con frecuencia antepone sus deseos a sus propios intereses. Aunque estén casado desde hace años, todavía la invita a salir y le deja notas que confirman su amor. En resumen, la trata como a una reina. Justin es una auténtica respuesta a la oración. Mi esposa y yo estamos muy contentos de que nuestra hija tenga a este hombre en su vida.
Cuando Pedro escribió los principios eternos sobre cómo un hombre debe tratar a su esposa, dijo: “… de la misma manera vivan con ellas con comprensión, dando honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida … “(I Pedro 3: 7). La palabra “honor” representa el valor, la estima para ser del más alto grado, o contar como algo precioso. Un hombre que trata adecuadamente a su esposa demostrará que la ve como la mayor bendición en su vida, después de su salvación eterna. Él la protegerá, hará de ella su prioridad, le mostrará un gran respeto y cultivará una buena relación con ella. A fin de vivir con ella “de acuerdo con el conocimiento”, él buscará descubrir qué le agrada y qué le desagrada, y luego actuará en consecuencia para proporcionar un ambiente donde ella esté contenta y feliz. Esto significará más que las cosas materiales; significará proporcionar estímulo espiritual y cooperación junto al amor, consideración y ternura. Él tratará de soportar la mayor parte de las tensiones de la vida, sabiendo que ella es “la vasija más débil”. Eso no significa que ella sea menos que el hombre, solo que Dios permite a los hombres soportar mejor estas cargas. Es el papel apropiado del hombre protegerla cuando sea posible. Así es como los “hombres de verdad” tratan a sus esposas. Más allá de la paz, la armonía y una relación estable, tratar a la esposa de esta manera también asegura que sus “… oraciones no sean estorbadas” (vs. 7b).
Hombres, los alentamos a actuar como caballeros ante sus esposas, demostrar que ella es tu bendición más valiosa y honrarla con gran respeto. Hacerlo pagará altos dividendos aquí y en la eternidad.