Antes de confiar en el Señor Jesús como mi Salvador, tuve una conversación memorable con la madre de una joven con la que había comenzado a salir regularmente. Ella me pidió que me sentara a la mesa de la cocina. Luego dijo: “Me preocupa el grupo con el que pasas el tiempo. Algunos de ellos no son buenas personas. Si todavía no eres como ellos, lo serás pronto. Después de todo, no puedes acostarte con perros y levantarte sin pulgas”. Ella estaba tratando de hacerme reflexionar con respecto a que con quién pasas el tiempo tiene un poderoso impacto en tu forma de pensar, conducta y reputación.
La Palabra de Dios busca convencernos del mismo principio. Cuando Salomón le escribe a su hijo acerca de los pecadores, dice: “Hijo mío, no andes en el camino con ellos; aparta tu pie de sus veredas “(Proverbios 1:15). Entonces, él le dice por qué esto es tan importante en Proverbios 22: 24-25, “No te entremetas con el iracundo, ni te acompañes con el hombre de enojos, no sea que aprendas sus maneras, y tomes lazo para tu alma”. Reforzando aún más esta verdad, Salomón agrega: “El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado” (Proverbios 13:20). Podríamos tratar de convencernos a nosotros mismos de que no nos afectará el tiempo que pasamos con personas imprudentes o impías. Sin embargo, la Palabra de Dios es consistente y clara sobre este principio. El apóstol Pablo nos dice en I Corintios 15:33: “No erréis; las malas conversaciones [compañerismo, asociación o compañía] corrompen las buenas costumbres”. En poco tiempo comenzaremos a pensar, hablar y actuar como las personas con las que pasamos nuestro tiempo. Puedes contar con eso.
Salomón pudo haber aprendido a tomar decisiones sabias en compañía de su padre, David. Su testimonio fue: “o me he sentado con hombres hipócritas … los que andan simuladamente … y con los impíos nunca me senté” (Salmo 26: 4-5). David estableció un estándar por el cual eligió a sus amigos: “Compañero soy yo de todos los que te temen Y guardan tus mandamientos” (Salmo 119: 63). ¿Tienes el tipo correcto de amigos, verdaderamente piadosos? Permite que el Señor influya a través de Su Palabra para evitar los viejos amigos impíos y comenzar a hacer amigos y pasar tiempo con aquellos que son piadosos. La decisión que tomes sobre este tema tendrá efectos espirituales de gran alcance por el resto de tu vida.