En muchos círculos cristianos, las emociones parecen controlar la vida e incluso las acciones de muchos cristianos profesantes. Una iglesia en Lakeland, Florida, televisa servicios donde las personas practican lo que llaman “risa santa”. Literalmente ruedan sobre el piso mientras ríen descontroladamente, lo cual desafía las instrucciones de I Corintios 14: 27-34 acerca de controlar el espíritu y hacer las cosas de manera ordenada. De manera similar, la tendencia actual es preguntar constantemente a los demás: “¿Cómo te sientes al respecto?” Los cristianos no deben actuar por sus sentimientos. Lo que creemos, cómo actuamos, e incluso la forma en que nos sentimos se supone que está sujeto a la Palabra de Dios. Nunca debería ser una cuestión de cómo nos sentimos, pero como dice Gálatas 4:30: “Pero, ¿qué dice la Escritura?”
Antes de Mateo en el Capítulo 16, el Salvador no había revelado a Sus apóstoles que iba a sufrir, morir y resucitar. Lucas 18:34 confirma “… esta palabra les estaba encubierta, y no sabían lo que se les decía”. Una vez que lo entendió, Pedro no tomó bien este anuncio. “Pedro lo tomó aparte y comenzó a reprenderlo, diciendo: Señor ten compasión de ti mismo, ¡Jamás te suceda esto!” (Mateo 16:22). Pedro siempre había reverenciado al Salvador, admirando su poder, doctrina y presencia imponente. Pero esta noticia lo disgustó completamente y sus emociones comenzaron a controlarlo. La respuesta del Salvador a Pedro fue muy fuerte. Él “le dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; Me eres tropiezo…” (Mateo 16:23). Este versículo indica que Satanás estaba detrás de la respuesta acentuada, carnal y emocional de Pedro. Satanás estaba distrayendo a Pedro de ver la mayor verdad y la necesidad de que el Salvador cumpliera la profecía, y la necesaria tarea de ir a Jerusalén a morir por los pecados de toda la humanidad. Isaías 53: 7-12 explicó que el Mesías debe ser llevado como un cordero al matadero, para derramar Su sangre hasta la muerte y convertirse en una ofrenda por el pecado. Pedro estaba permitiendo que sus emociones, o su carne, lo gobernaran en lugar de su cabeza y la voluntad de Dios. Este es un error común que ocurre regularmente en estos días finales de la Dispensación de Gracia.
Los cristianos deberían regocijarse por su salvación, seguridad eterna, esperanza celestial y de servir regularmente a Cristo. Sin embargo, necesitamos estar en guardia para controlar y poner nuestras emociones en conformidad con la Palabra y la voluntad de Dios en todas las áreas. ¿Estás siendo cuidadoso en esta área?