Nos deleitamos en el abrazo de un niño, la reunión de la familia, incluso en cosas y pasatiempos. Pero, ¿qué deleita el corazón de Dios? En Proverbios 15:8 leemos: “El sacrificio de los impíos es abominación a Jehová, pero la oración de los rectos es su delicia”.
Cuando los perdidos buscan adorar o dar al Señor aparte de la fe salvadora en Cristo, en efecto, en sus propios términos, no pueden agradar al Señor. Oh, pero cuando los hijos redimidos de Dios vienen a Él en la alabanza y dependencia de la oración, es Su deleite. Él nos creó para tener comunión con Él. Él anhela que tu relación con Él sea vibrante y consistente. Cada uno de nosotros puede deleitar el corazón de Dios al hacer tiempo diariamente para estar con Él en oración y en el estudio de la Palabra de Dios.