Dar gracias por los alimentos – I Corintios 10:30

by Pastor John Fredericksen

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Mi esposa y yo tuvimos la bendición de asistir a una gran universidad cristiana preparándonos para nuestra labor en la vida. Se requería asistir a una enorme cena común que sentaba a 3000 personas, que comían en mesas al estilo de una familia. Los estudiantes ministeriales se turnaban para pasar por todo el grupo para dar las gracias antes de comer. Fue una experiencia genial tener tantas pausas en la oración antes de las comidas. A menudo pensaba, ¿No sería el mundo un lugar mejor si todos hicieran una pausa para dar gracias? Esta debe ser una práctica regular para todos los que conocen a Cristo como Salvador, y hacerlo, puede incluso ser un buen testimonio.

En los días en que se escribieron los últimos libros de nuestra Biblia, hubo una gran controversia acerca de que los cristianos compraran y comieran carnes más baratas que las que se ofrecían a los ídolos. En el capítulo 10 de 1 Corintios, el apóstol Pablo hizo una declaración que fácilmente podríamos perder: “… ¿por qué he de ser calumniado por causa de aquello por lo cual doy gracias?” (vs. 30) En otras palabras, Pablo dice que era su práctica detenerse y dar gracias a Dios por todo lo que comería. Independientemente de lo duro que trabajemos para poner comida en nuestras mesas y un techo sobre nuestra cabeza; finalmente, todo lo que tenemos es una provisión del Señor. “Toda buena dádiva y todo don perfecto proviene de lo alto y desciende del Padre de las luces en quien no hay cambio ni sombra de variación” (Santiago 1:17). Esto significa que nuestros trabajos son una provisión bendita del Señor, que es lo suficientemente sano para trabajar, y que todo lo que comemos es una provisión del Señor, por lo cual, siempre debemos hacer una pausa para dar gracias. Debemos expresar nuestro agradecimiento a alguien que gentilmente nos invita a su casa a comer o ayuda a proporcionar alimentos en nuestro hogar en un momento de necesidad. Del mismo modo, pero aún más, debemos agradecer de buena gana a Dios por la comida que Él nos provee todos los días. El apóstol Pablo confirma nuevamente este principio cuando escribe: “Porque todo lo que Dios ha creado es bueno, y no hay que rechazar nada cuando es recibido con acción de gracias 5 pues es santificado por medio de la palabra de Dios y de la oración” (I Timoteo 4:4-5).

Ya sea en privado o en público, te alentamos a que te detengas antes de cada comida para agradecer a Dios por su amorosa provisión.