Dar adecuadamente – I Corintios 16:2

by Pastor John Fredericksen

Print This Article

Como estudiante de primer año en la universidad, solo llevaba un año de ser salvo. Habiendo salido de la iglesia liberal, tenía un conocimiento muy limitado de la Palabra de Dios. Un estudiante ministerial más viejo se hizo mí amigo y me dijo que yo no necesitaba dar dinero al Señor porque ya había le entregado mi vida. En este punto, no conocía las Escrituras lo suficiente como para refutar su teoría, pero ciertamente no me pareció correcta.

Es fácil ver que Satanás ataca cada doctrina importante en la Biblia. A veces, simplemente distorsiona la sana doctrina. En otras ocasiones, niega totalmente incluso las verdades básicas. Cuando se trata de devolverle al Señor Sus Bendiciones, los principios en las Escrituras son claros y consistentes. Las instrucciones de Pablo fueron las siguientes: “El primer día de la semana, cada uno de ustedes guarde algo en su casa, atesorando en proporción a cómo esté prosperando…” (I Corintios 16: 2). El dar debe comenzar con cada creyente, primero entregándose al Señor (II Corintios 8: 5), pero nadie está exento de la necesidad de dar al Señor como un acto de adoración. Desde el Jardín del Edén hasta hoy, “cada uno” debe dar. En la Dispensación de la Gracia, se debe dar el “primer día de la semana”, que es el domingo. La implicación es más que simplemente, dar regularmente. También significa dar semanalmente como parte de la adoración sincera y la acción de gracias al reunirse en la iglesia local. Dios siempre tuvo la intención de dar “en proporción a cómo esté prosperando” (I Corintios 16: 2, Deuteronomio 16:17). Algunos pueden dar grandes sumas, mientras que otros se sacrifican para dar muy poco. Dios conoce la capacidad de cada uno y se complace cuando uno da con el ánimo correcto, de la manera correcta. Dios siempre ha requerido que demos “voluntariamente” (Éxodo 25: 2, I Crónicas 29: 9, Mateo 10: 8), o como Pablo lo describe, “… Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por obligación porque Dios ama al dador alegre” (II Corintios 9: 7). Uno también debe dar con un corazón dedicado. Pablo lo expresó de esta manera: “… el que comparte, con liberalidad…” (Romanos 12: 8). El Salvador condenó a los que dieron para ser vistos por los demás. Por el contrario, dar debe hacerse de una manera tranquila y privada.

Deje que sus donaciones modelen consistentemente estos principios claros en la Palabra de Dios.