Cosas de niños – I Corintios 13:8-10

by Pastor John Fredericksen

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Si tienes hijos o nietos, tu casa se ha convertido en un almacén de cosas infantiles. Pañales, biberones, columpios, andadores y muchos juguetes llenan tu hogar. A medida que crecen y maduran, cambia de nivel la parafernalia y los juguetes. Recientemente, nuestro nieto mayor aprendió a andar en bicicleta sin ruedas de entrenamiento. Estaba tan orgulloso cuando las quitamos, porque ya no las necesitaba. Ahora él monta “una bicicleta de niño grande”.

El Señor proporcionó temporalmente dones milagrosos al Cuerpo de Cristo, antes de completar el Canon sagrado. El apóstol Pablo escribió a los creyentes en Corinto explicando que Dios los iba a quitar en su futuro inmediato. En I Corintios 13: 8, él declaró, “Pero las profecías [es decir, hombres predicando sin las cartas de Pablo para guiarlos en la nueva doctrina de la gracia, pero teniendo la habilitación divina temporal de Dios] se acabarán”. Continúa, “cesarán las lenguas [es decir, la capacidad sobrenatural de hablar en un idioma previamente desconocido], y se acabará el conocimiento [una habilitación sobrenatural para conocer la verdad, el error y el discernimiento dinámico]”. Explicó además el tiempo y la razón por las cuales estas provisiones milagrosas terminarían. Cesarían cuando “venga lo que es perfecto” (I Corintios 13:10). Esta fue una referencia específica a las escrituras llenas con las revelaciones finales dadas por Dios a Pablo. Cuando esto se haya completado, estos milagrosos dones de señalización “desaparecerán”. La razón por la que se eliminarían se explica en el versículo 11: “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé lo que era de niño”. El concepto es que estas habilidades milagrosas fueron para el Cuerpo de Cristo cuando aún estaban en un estado inmaduro. Ahora debemos dejar de depender de estas cosas del pasado o aferrarnos a ellas. En cambio, como creyentes maduros, debemos colocar nuestra confianza, atención y completa dependencia en las escrituras. Al igual que las ruedas de entrenamiento en una bicicleta, estas habilidades milagrosas nunca tuvieron la intención de ser permanentes. Solo se les dieron para servir al propósito de proteger y guiar a los creyentes hasta que pudieran pararse y caminar con la fuerza de la Palabra completa de Dios.

Si te has aferrado a estas cosas milagrosas del pasado, déjalas ir. Avance a una relación espiritual más madura con el Señor al seguir estos principios en Su Palabra.