Conocer a tu Waterloo – Apocalipsis 19:10-21

by Pastor John Fredericksen

Print This Article

En 1815, se formó una coalición entre el Reino Unido, Rusia, Austria y Prusia para resistir al avance de los ejércitos de Napoleón Bonaparte de Francia. Críticamente superado en número, Napoleón sabía que su única posibilidad de permanecer en el poder era atacar cerca de Waterloo, Bélgica, antes de que las fuerzas de la coalición se movilizaran por completo. Bajo el mando de Wellington, las fuerzas de la coalición se escondieron detrás de una cresta de 2.5 millas. Cuando Napoleón avanzó con sus tropas, fue flanqueado en tres frentes y derrotado. Perder la batalla de Waterloo resultó en que Napoleón renunciara al poder sobre Francia.1 Había “conocido a su Waterloo”.

Durante la mitad de los siete años de la Tribulación, Satanás será expulsado de su dominio celestial, como se describe en Apocalipsis 12:9. En este punto, él sabe “que le queda poco tiempo” antes de su muerte final (vs12). De forma desesperada, dirigirá una frenética campaña de masacre contra todos los judíos. Cuando la Tribulación llegue a su fin, reunirá tropas del mundo entero para atacar a Jerusalén. En un instante, los cielos se abrirán para revelar que el Señor Jesucristo vendrá en poder y gloria. (Compárese con Apocalipsis 19:11 y Mateo 24:30.) Ya no viene ofreciendo misericordia y vida eterna como el Salvador del mundo, Cristo ahora viene como el vencedor “REY DE REYES, Y SEÑOR DE SEÑORES” (Apocalipsis 19:16). “De su boca sale una espada aguda para herir con ella a las naciones, y él las guiará con cetro de hierro” (vs.15). Consideramos que esto significa que los ejércitos mundiales en combate literalmente serán cortados por Sus palabras en el campo de batalla, y que la sangre de los ejércitos fluirá a gran profundidad (Apocalipsis 14:20). Entonces la bestia (o anti-cristo), y el falso profeta serán tomados y ambos serán “lanzados vivos al lago de fuego ardiendo con azufre” (Apocalipsis 19:20). Sus voces arrogantes serán silenciadas para siempre en la tierra, y su reinado de terror terminará para siempre. Se encontrarán con su Waterloo de la derrota. Entonces, el Ángel de Dios llamará a las aves del cielo para que se alimenten de los cadáveres de los muertos (vss.17-18). Lo que resta se enterrará en siete años una vez que comience el Reino Milenial (Ezequiel 39:8-15).

Debemos comenzar las conversaciones con las almas perdidas preguntándoles si saben acerca de la Batalla del Armagedón que se avecina en el horizonte cercano de la tierra. Después de mencionarles acerca del Apocalipsis, preséntales el evangelio y pídeles que huyan a la seguridad de la vida eterna.