En mi juventud, trabajé durante un año en una enorme planta empacadora de carne. Mi trabajo consistía en recortar secciones de carne para convertirlas en hamburguesas. Trabajé ocho horas al día, seis días a la semana. Tuve que sujetar el cuchillo con tanta fuerza y durante tanto tiempo que con los años comencé a ver repercusiones. Cada mañana me despertaba con el puño cerrado de la mano que sostenía el cuchillo. Solo podía abrir esa mano sosteniéndola bajo agua tibia y abriéndola con la otra mano. Era como si todavía estuviera sosteniendo firmemente ese cuchillo.
Pablo imploró a Timoteo que “Ten presente el modelo de las sanas palabras que has oído de mí, en la fe y el amor en Cristo Jesús” (II Timoteo 1:13). Durante dos años, Timoteo se unió a Pablo cuando proclamó las nuevas doctrinas de la gracia. Timoteo frecuentemente escuchaba las doctrinas de Pablo mientras enseñaba en las sinagogas, la escuela de Tyrannus y en las iglesias locales formadas en lugares como Éfeso. Pero Éfeso era un lugar peligroso y difícil para que Timoteo ministrara en ausencia de Pablo. Era notorio por su ávida adoración a Diana (Hechos 19: 19-35). Se desataron disturbios por las enseñanzas de Pablo, lo que le obligó a abandonar la ciudad. Parece que algunos de los gentiles que vinieron a Cristo también estaban buscando integrar falsas enseñanzas acerca de Diana, con las nuevas doctrinas de la gracia, porque Pablo advierte acerca de las fábulas que se enseñan en la iglesia. Algunos de los judíos salvos también buscaban enseñar la necesidad de observar la ley mosaica en esta asamblea de gracia (I Timoteo 1: 5-10). Fue en este contexto que Timoteo tuvo la obligación de aferrarse a las doctrinas que aprendió a los pies de Pablo. De hecho, él debía acusar a otros de que “no enseñan otra doctrina” (I Timoteo 1: 3). Pablo contaba con Timoteo como el guardián de la verdad para que la verdad no se viera comprometida ni perdida. Tendría que hacerlo frente a la oposición, tal vez incluso solo. Pero debía defender la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
Nosotros también vivimos en tiempos peligrosos donde hay doctrinas poco sólidas encaminándose a nuestras asambleas. Al igual que uno que se niega a perder el control, Dios cuenta contigo para que te aferres a las doctrinas exclusivas de la gracia e insistas a los demás para que sigan todas las enseñanzas de pablo. Incluso si estás en soledad, aférrate a la verdad.