Tenemos una amiga que comenzó un estudio bíblico en su comunidad. Es una mujer a la que llamaremos Joana, ella escuchó un evangelio claro por primera vez y fue maravillosamente salvada. Estaba encantada y continuó creciendo a través de estos estudios. Un día Joana preguntó dos veces si estaba mal orarle a María. Varios creyentes fundados compartieron con sus Escrituras que demostraban que María era solo humana y que ella necesitaba de un “Salvador” (Lucas 1:47), le dijeron que el Señor Jesús enseñó el principio de que la oración solo debía dirigirse a Dios el Padre (Mateo 6:9), y que el Señor se describe a Sí mismo como un Dios celoso (Éxodo 34:14) que no compartirá Su gloria con nadie más (Isaías 42:8; 48:11). Pero Joana ignoró estas verdades y se aferró a su práctica de orar a María diciendo: “Me hace sentir muy bien…”
¿Cómo respondes cuando la verdad de las Escrituras entra en conflicto con las prácticas establecidas en tu vida? El maravilloso testimonio de los creyentes en Tesalónica fue, “… cuando recibieron la palabra de Dios que oyeron de parte nuestra, la aceptaron, no como palabra de hombres sino como lo que es de veras, la palabra de Dios quien obra en ustedes los que creen”(I Tesalonicenses 2:13). Se podría decir que estos creyentes sinceros estaban en un viaje en busca de la verdad de Dios y estaban listos para obedecer cualquier instrucción que el Señor les diera. Esto también produjo grandes cambios en sus vidas. Anteriormente habían adorado a dioses falsos, pero se “…convirtieron de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero” (I Tesalonicenses 1:9). Habían llegado a aceptar el concepto de que las Escrituras eran “la Palabra de Verdad” (Salmo 119:43, II Corintios 6:7, Efesios 1:13, II Timoteo 2:15). Eso significaba que cualquier práctica que entrara en conflicto con la Palabra de Dios sería un error y debían abandonar la práctica inmediatamente. Estos creyentes en Tesalónica estaban buscando la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad de la Palabra de Dios. Otros cristianos se unieron a ellos en este viaje. Los creyentes en Berea fueron llamados “nobles” porque “… recibieron la palabra ávidamente, escudriñando cada día las Escrituras para verificar si estas cosas eran así” (Hechos 17:11). La implicación obvia es que no solo buscaban información en las Escrituras para inflar sus egos con el mero conocimiento, estaban buscando la verdad de Dios para transformar sus vidas.
¿Cómo responderás a la verdad Bíblica si entra en conflicto con algo en tu vida? Déjalo y sigue la verdad Bíblica con obediencia inmediata.