Un proverbio ruso dice: “Si persigues a dos conejos, no atraparás a ninguno”. Ha habido una tendencia empresarial de alejarse de realizar múltiples tareas y enfocarse en una sola. Muchos dicen que hacer múltiples cosas a la vez nos mantiene tan distraídos que al final hace que tardemos el doble para terminar las tareas que tenemos y evita que uno se vuelva completamente bueno en cualquier cosa. Bill Gates y Steve Jobs se utilizan como ejemplos de éxito porque desarrollaron un enfoque en una sola cosa: Gates se enfocó en desarrollar Software, mientras que Jobs se enfocó en el diseño. Eligieron solo perseguir a un solo conejo. EN consecuencia, lograron tener mucho éxito.
En el ámbito de las cosas espirituales, es igualmente esencial estar enfocado en una sola cosa. Esto fue cierto para uno de los soldados más exitosos de Cristo, el apóstol Pablo. Pudo presentar el evangelio a multitudes, ver cómo miles confiaron en Cristo, crear muchas iglesias alrededor del Mediterráneo, escribir trece libros de la Biblia, ser mentor de una banda de hombres para continuar en el ministerio, y permanecer tanto fiel como productivo hasta la muerte. Su testimonio fue: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está por delante, prosigo a la meta hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”(Filipenses 3:13-14). Después de que Pablo confió en Cristo, no languideció por la pérdida de amigos y familiares, su futuro prometedor entre los fariseos, ni por su seguridad y estabilidad financiera. Él fue capaz de decir: “Pero las cosas que para mí eran ganancia las he considerado pérdida a causa de Cristo… Considero como pérdida todas las cosas, en comparación con lo incomparable que es conocer a Cristo Jesús mi Señor … y lo tengo por basura a fin de ganar a Cristo” (3:7-8). En lugar de centrarse en estas cosas que podrían haberlo arrastrado a la autocompasión y a la depresión, eligió concentrarse en algo diferente. Mantuvo su objetivo en “la meta” (la cual es el punto focal de su objetivo) “hacia el premio” (refiriéndose a su recompensa), “del supremo llamamiento de Dios” (vs.14). El enfoque único de Pablo era vivir tan fielmente para Cristo que estaba seguro de que le esperaba una recompensa eterna y significativa (1 Tesalonicenses 2:19 y II Timoteo 4:7-8).
¿Cuáles son tus metas en la vida? El objetivo más importante que todo cristiano debe elegir es enfocarse únicamente en vivir fielmente para el Señor para poder alcanzar la recompensa eterna. Nada más importa realmente. Hay que elegir sabiamente.