Durante la Guerra Civil inglesa en la década de 1650, el rey Carlos I fue capturado, encarcelado y condenado a muerte. Su hijo, Carlos II, escapó por poco de su propia captura y ejecución disfrazándose y huyendo al continente europeo. Mientras estaba en Europa, Carlos deambuló de un país a otro. En 1660, el Parlamento restauró la monarquía, y Carlos volvió siendo recibido con júbilos de sus compatriotas.
Hace mucho tiempo, el Rey de Israel, el Señor Jesucristo, fue arrestado, encarcelado y ejecutado, esencialmente por sus propios compatriotas. Después de Su resurrección, Sus apóstoles habían esperado que Él establecería Su reino terrenal inmediatamente, pero les dijo que en Su ascensión Él regresaría en gloria (Hechos 1:6,9-11). Tres veces en Apocalipsis 22, el Salvador aseguró al Apóstol Juan que volvería a reclamar su reinado en la tierra muy pronto. Cristo le dice: “¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.” (vs.7). Juan debía enfatizar a sus hermanos judíos que anticipaban pasar por la Tribulación que debían ser fieles, sin importar las circunstancias. Su habilitación estará enraizada en la Palabra de Dios. Luego, el Salvador dice: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” (vs.12). Aquellos que enfrentan duras penurias y persecuciones al predicar el evangelio en este mundo hostil deben ser estimulados con una garantía de recompensa proporcional a su fidelidad. Para el momento en que Juan escribía esta revelación, ya el Salvador se había retrasado en regresar por casi dos décadas. II Pedro 3:3-9 explica a los “burladores” que ridiculizaban la expectativa de que Cristo regresaría, que “El Señor no tarda su promesa”. Su demora debía ser vista como la misericordia de Dios al darle tiempo a las almas perdidas tener fe en Cristo para salvarse. La revelación de Juan termina con otro consuelo:
(Apocalipsis 22:20). Los creyentes deben continuar viviendo en la confianza de su pronto regreso, permitiendo que esta expectativa los motive a tener una mayor fidelidad.
Ahora sabemos que la demora en el regreso de Cristo como el Rey de Israel se debe a que una nueva Dispensación de Gracia interrumpió el cumplimiento de la profecía. También sabemos que debemos vivir anticipando el regreso de Cristo para que nos lleve a los cielos, debemos creer que vendrá pronto y esperar una recompensa proporcional a nuestra fidelidad. El seguramente regresará pronto. ¿Te estás preparando para su llegada?