La caída de la Gran Ciudad –  Apocalipsis 18

by Pastor John Fredericksen

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En el año 79 A.D., Mt. El Vesubio tuvo una erupción catastrófica que literalmente sepultó gran parte de la antigua ciudad de Pompeya, Italia. Anteriormente, esta había sido una ciudad de vacaciones para la élite romana. Los arqueólogos han descubierto obras de arte pornográficas, grafiti y arreglos de vivienda diferentes a cualquier cosa que se pueda ver en una ciudad moderna. En los años y días previos a esta devastadora erupción volcánica, hubo una serie de terremotos. En última instancia, los residentes de la ciudad murieron cuando cenizas súper calientes cayeron como una muerte ardiente sobre todos los que permanecieron allí.1

En Apocalipsis 18, un ángel brillante descendió del cielo a anunciar: “¡Ha caído, ha caído Babilonia la grande!” (vs.1-2). Mientras algunos creen que esto se refiere a la ciudad de Bagdad, y otros, a Jerusalén, este escritor cree que es la ciudad de Roma la que será destruida durante la Tribulación. Sabemos con certeza que se refiere a una “ciudad” (vss.10, 16, 18, 21). Representa la fornicación espiritual asociada con el falso profeta, y debe ser su cuartel general, ya que esta ciudad cae inmediatamente después de su muerte (Apocalipsis 17:18). Esta ciudad es conocida por su gran “mercadería”, o comercio, en “oro, plata, piedras preciosas… y perlas” (vs. 12). Juan la vio como “vestida de lino fino y de púrpura y de escarlata, adornada de oro y piedras preciosas y perlas” (vs.16). Esta descripción ciertamente suena como los sacerdotes y el Papa de Roma. Será un lugar de talentosos “músicos” con arpas, instrumentos de viento y trompetas. Tendrá muchos hábiles “artesanos” (ver vs.22). La “antorcha” también se identificará con esta ciudad. Todo esto suena a adoración en el Vaticano en Roma. En su apogeo, bajo el falso profeta, con todos los adornos costosos, la gente preguntará: “¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad” (vs.18)? Pero, al igual que Pompeya, será destruida “en una sola hora” (vs.19) mientras la ira de Dios cae sobre ella con “muerte, llanto y hambre. Y será quemada con fuego” (vs.8), y “con semejante violencia será derribada Babilonia la grande ciudad” (vs.21). Esto suena como un terremoto feroz, y será el resultado directo del juicio de Dios.

Vivimos en una era en que la gente está enamorada de iglesias adornadas, multitudes, rituales religiosos y música entretenida. Lo que se predica desde el púlpito parece secundario o sin importancia. Sin embargo, lo que impresiona a Dios es un énfasis en la Palabra de Dios, con predicaciones que atraen al feligrés a una sana doctrina y a transformar sus vidas en una mayor piedad. ¡Debes decidir hoy qué será lo que te enamore!