Él da mayor gracia – Santiago 4:6

by Pastor John Fredericksen

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El himno “He Giveth More Grace”, de Annie J. Flint, tiene potentes palabras de aliento que nos ministran a todos: “Él nos da más gracia a medida que nuestras cargas crecen, Él envía más fuerza a medida que crecen nuestras obras; A las aflicciones que crecen Él le agrega Su misericordia; si se multiplican las pruebas Él multiplica la paz. Cuando nos fallan las fuerzas antes de que el día termine, cuando ya no tengamos recursos, solo ha comenzado la plena entrega de nuestro Padre. Su amor no tiene fronteras, su gracia no tiene medida, su poder no tiene límite conocido para los hombres: porque de sus infinitas riquezas en Jesús, él da, y da, y da de nuevo”.

Este himno se basa en la verdad de una breve frase en Santiago 4: 6 “Pero él da mayor gracia”. Los judíos creyentes, a quienes Santiago escribió estas palabras, enfrentaban grandes dificultades. Estaban bajo persecución de judíos incrédulos que los odiaban por su fe en el Señor Jesús. Estos creyentes también anticiparon siete años de persecución mucho mayor antes del regreso de su Salvador para vencer a sus enemigos antes del Reino Milenial. Además de todo esto, lucharon, como lo hacemos nosotros hoy, con una naturaleza vieja y caída que hizo que vivir para Dios fuera muy difícil. En los versículos anteriores, Santiago los reprendió por las peleas internas dentro de sus iglesias (vs.1), falta de oración (vs.2), oración por motivos equivocados (vs.3), mundanalidad impropia (vs.4), y reconocimiento de que “… El Espíritu que él hizo morar en nosotros nos anhela celosamente” (vs.5). ¿Cuál era la respuesta para vencer estas tendencias pecaminosas? Santiago les dijo que, en medio de todas sus luchas, Dios les daría más gracia. Ellos necesitaban confiar en eso. De manera similar, cuando el apóstol Pablo estaba agotado por la persecución y el trabajo del ministerio, agotó sus recursos humanos cuando persistió un doloroso “aguijón en la carne” (II Corintios 12: 7). Tres veces le pidió al Señor que eliminara esta enfermedad física. La respuesta del Señor a él fue: “… Bástate mi gracia” (II Corintios 12: 9). En cada dispensación, en cada situación y para cada santo, la gracia fortalecedora de Dios es nuestra mayor necesidad en los momentos más difíciles. Si estás pasando por un divorcio, dificultad en el trabajo, enfermedad cansina, angustia emocional u otras dificultades, recuerda, “… Él le da mayor gracia”. Pasa tiempo suficiente en la Palabra de Dios, en oración y en comunión con el pueblo de Dios. Específicamente, pídele a Dios su gracia fortalecedora. Él no puede eliminar tu prueba, pero Él te dará mayor gracia.