¿Eres disciplinado? – II Cor. 8:6

by Pastor John Fredericksen

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Durante varias décadas fui bastante disciplinado con el ejercicio. Durante aproximadamente dos años corrí aproximadamente cinco millas casi todos los días. Después de una operación en mi rodilla, decidí que patinar haría menos estrés en mis articulaciones. Durante una docena de años, “recorrí” entre diez y veinte millas por día. Esto ayudó a mis hábitos alimenticios, cintura y presión arterial. Entonces, comencé a caminar. Durante los casi doce años caminé de tres a cinco millas casi todos los días. Pero no he sido tan disciplinado con el ejercicio como lo fui una vez. Todavía estoy caminando, pero parece más difícil mover este viejo cuerpo de lo que solía ser cuando era joven.

¿Qué tan disciplinado eres? Muchos muestran una gran disciplina en el ejercicio, la dieta, la ética laboral u otras cosas necesarias. Pero, ¿sabías que Dios espera que seamos muy disciplinados en el tema de dar? Tres veces en II Corintios Capítulo 8 Dios se refiere a dar como una “gracia” en la que debemos crecer. Un año antes, Pablo había compartido su carga por los santos judíos en Jerusalén que estaban en una pobreza desesperada. Pablo enseñó que darles sería dar al Señor, y ellos habían prometido hacerlo. Ahora Pablo envía a Tito a recoger su ofrenda y “…también llevara a cabo esta gracia” (II Corintios 8: 6). Como algunos de los santos económicamente más ricos, tal donación no habría sido una dificultad. Pablo les dijo: “… abundan en todo —en fe, en palabra, en conocimiento, en toda diligencia y en amor para con nosotros— abunden también en esta gracia” (II Corintios 8: 7). Pablo quería que vieran que dar al Señor era tan importante como cualquier otra área en la vida espiritual. También fue, en efecto, una prueba de qué tan espirituales eran en realidad. ¿Sería su caminar solo una forma de hablar, o realmente caminarían como creyentes? La forma en que dieron o no, sería un indicador. Pablo también tomó medidas especiales para asegurar la integridad de cómo se manejarían estos fondos. Solo hombres confiables llevarían estos fondos a Jerusalén, además, explicó que viajarán “para llevar esta expresión de generosidad” (II Corintios 8:19).

La definición de “gracia” es más que un “favor inmerecido”. En el capítulo 8 de 2 Corintios, Pablo la usa para significar una disciplina para dar. Ya sea por primera vez, o para comenzar de nuevo, ahora es el momento de volverse disciplinado al dar.