Los padres de mi esposa tenían un perro muy especial llamado Feller. Cada vez que hacía algo mal, bajaba la cabeza y mostraba los dientes en una sonrisa. Si cavaba un hoyo en el patio o se sentaba en los muebles, mostraba esa sonrisa. Podrías leerlo como un libro. La gente también es así. Tenemos unos buenos amigos cristianos en San Diego. Recientemente, la esposa nos dijo que sabe cuándo su marido intenta engañarla porque le brillan los ojos. Ella puede leerlo como un libro.
¡Dios a menudo usa a Sus hijos para leerlos como a un libro! El Señor le dijo a Isaías: “… Ve, despójate del silicio de sobre tus lomos y quita el calzado de tus pies. Así lo hizo, y andaba desnudo y descalzo” (Isaías 20: 2). Como ilustración del tipo de inminente juicio divino que Dios iba a enviar a los egipcios, el hombre de Dios, Isaías, caminó completamente desnudo por tres años. ¿Te hubiera gustado esta tarea? Fue difícil e inusual, pero fue un mensaje efectivo. El Señor le dijo a Oseas: ” Ve, toma para ti una mujer dada a la prostitución e hijos de prostitución; porque la tierra se ha dado enteramente a la prostitución apartándose del Señor” (Oseas 1: 2). Hombres, ¿Les hubiera gustado esta tarea? Esto también fue difícil e inusual, pero también fue una herramienta eficaz para enviar un mensaje a Israel sobre su miserable condición espiritual. El apóstol Pablo dijo: ” Porque considero que, a nosotros, los apóstoles, Dios nos ha exhibido en último lugar, como a condenados a muerte; porque hemos llegado a ser espectáculo para el mundo, para los ángeles y para los hombres” (I Corintios 4: 9). Pablo se sentía como si viviera en una casa de cristal donde todos, incluidos los ángeles, pudieran ver todos los aspectos de su vida, incluida su inminente muerte por persecución.
¿Sabías que Dios usa de manera similar a cada creyente? Pablo dice: “Ustedes son nuestra carta … conocida y leída por todos los hombres” (II Corintios 3: 2). Somos el único mensaje de Dios que muchas personas leerán alguna vez. Las almas perdidas están leyendo nuestras vidas todos los días, incluso cuando no nos damos cuenta. Eso hace que la forma en que hablamos, reaccionamos, tratamos a las personas, actuamos en el trabajo y vivimos sea muy importante. ¿Qué clase de carta viviente eliges ser? Haz de su vida un buen libro para que otros lo lean y sean atraídos hacia el autor del buen libro.