¿Me recuerdas? – I Corintios 11:24-25

by Pastor John Fredericksen

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Probablemente todos le hemos preguntado a un niño pequeño o a un amigo: “¿Me recuerdas?” Cuando nuestra hija menor y su familia se mudaron a Wisconsin, ellos, por supuesto, se llevaron a nuestro nieto mayor. Durante sus primeros veinte meses de su vida, lo vimos cada día. Nos apegamos tanto a él, y a sus padres, que sentimos un gran dolor al extrañarlos tanto. Una de las cosas que nos molestaba era la preocupación de que nuestro pequeño nieto nos olvidaría por completo. Después de un par de meses, mi esposa y yo pudimos ir a visitarlos. Cuando lo vimos, le preguntamos, “¿Recuerdas al abuelo?”  ¿Recuerdas a Mimi?”

Es digno mencionar que cuando el apóstol Pablo da instrucciones al Cuerpo de Cristo sobre la observación de la Cena del Señor, agrega una instrucción dos veces. En I Corintios 11:24-25 les dice a los santos que participen del pan simbólico y beban “en memoria de mí”. Sin duda hay algo más profundo aquí que un recordatorio ocasional del Salvador durante lo que podría convertirse en un ritual religioso. Sí, debemos recordar la agonía que sufrió por nosotros cuando su cuerpo quedó herido y su sangre se derramó para pagar nuestra redención eterna. De hecho, debemos recordar que este es el fundamento del perdón de nuestros pecados y la vida eterna. Pero pienso que hay algo más en estas palabras: “… en memoria de mí”. El Señor advirtió a Israel que cuando obtuvieran la Tierra Prometida y comenzaran a disfrutar de abundante prosperidad allí, “… se olvidarían del Señor” (Deuteronomio 6:10-12). Jeremías les dice “… mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerables días” (Jeremías 2:32). Seguramente la instrucción en la Cena del Señor de observarlo “… en memoria de mí” también se da para ayudarnos a no olvidar al Señor en la vida diaria. Así como anhelamos que nuestros hijos y nietos nos recuerden con afecto, el Señor anhela que lo recordemos. Él quiere que lo recordemos cuando nos despertamos cada mañana, comemos, enfrentamos problemas, tenemos prosperidad, enfrentamos una decisión, priorizamos, enfrentamos la tentación, leemos nuestra Biblia, resolvemos problemas o dormimos. Él quiere ser lo más importante en nuestro pensamiento y en nuestras vidas. Él anhela que lo recordemos con amoroso afecto y que vengamos a Él frecuentemente para una comunión regular.

Quizás hoy el Señor nos pregunte a cada uno de nosotros: “Me recuerdas?” Elijamos recordar con frecuencia a nuestro Señor a lo largo de este día.