Muchas veces, cuando ocurren grandes angustias, las personas llenas de dolor y confusión preguntan: “¿Por qué Dios me hizo esto?”. ¡Es importante, en general, que los cristianos comprendan que Dios no causa nuestras penas! Nuestro dolor proviene de varias fuentes: los ataques de Satanás como con Job; Consecuencias de la elección imprudente; propensión a las enfermedades, “Tiempo y contratiempo;” (Eclesiastés 9:11), y la oposición de gente pecaminosa. Dios simplemente no está siempre detrás de lo que consideramos dañino. Pero, cuando se trata de los futuros siete años de angustiosa tribulación de Israel, Dios llevará a cabo estas pruebas por varias razones específicas.
Jeremías 30: 7 se refiere a estos siete años como “tiempo de angustia para Jacob”. Al principio de la historia de Israel, Dios prometió bendecirla si lo seguía fielmente y maldecirla si no lo hacía. Estos próximos años de tribulación serán las consecuencias de la rebelión espiritual continua de Israel, cuando Dios la “castigue” (Sofonías 1:12). Dios usará estos días, particularmente la Segunda Venida de Cristo, “sabrá la casa de Israel que yo soy el Señor su Dios” (Ezequiel 39:22, 27-29). El Señor usará estas pruebas intensas para purificar la nación de Israel, o “fundirlos como se funde la plata” (Zacarías 13: 9), eliminando así la “escoria” de la rebelión (Ezequiel 22: 17-22). Cuando sea purgado de su iniquidad, Israel estará preparado para adorar debidamente a Jehová y “ofrecerán al Señor ofrenda en justicia” (Malaquías 3: 3). La Tribulación también cumplirá la profecía, ya que Dios realiza las setenta semanas “determinadas sobre tu pueblo” (Daniel 9:24). Estos días terribles también castigarán al mundo entero con justicia por su conducta rebelde y pecaminosa. Así como Isaías 13: 9-11 promete: ” Castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad” (Isaías 13: 9-11); Dios traerá la “arrogancia” de incluso “hombres poderosos” a un nivel bajo (Isaías 2: 11,17; 13: 6-11). Estos eventos se usarán para abrir los corazones de muchos a la fe salvadora. Apocalipsis 14: 1-7 describe a miles que proclamarán “el evangelio eterno” a las almas perdidas en peligro de castigo eterno, y muchos se salvarán.
Nosotros que hemos confiado en el Señor Jesucristo solo para la vida eterna no tenemos por qué temer estos días de tribulación. I Tesalonicenses 1:10 promete que seremos “libres de la ira venidera”. Alaba Su nombre por esta bendición misericordiosa. Somos responsables de regocijarnos en la verdad, compartir el evangelio para salvar almas, y descansar que aun cuando las pruebas se presenten en nuestro camino, la gracia de Dios nos hará salir de ellas.