Apoyo a los afligidos – Mateo 14:12-14

by Pastor John Fredericksen

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¿Qué deberías hacer cuando muere el ser querido de un amigo? Muchos se sienten incómodos y no están seguros de qué decir, simplemente evitan a ese amigo. Otros ponen en su lugar en un intento de dar consuelo, mientras que otros instan a su amigo en duelo a seguir con la vida. En realidad, hay tres pasajes que nos dan una idea clara de qué hacer para reconfortar a los afligidos.

El Libro de Job ofrece una larga narración de cuatro amigos que vinieron a ofrecer consuelo tan pronto como se enteraron de las penas de Job. Su respuesta inicial fue muy buena. Inmediatamente vinieron a ver a Job para demostrar compasión y consuelo. Luego sabiamente se sentaron en silencio con Job por siete días, dejando que su presencia expresara su amor. Solo cuando comenzaron a hablar, y sacar conclusiones, y juzgar, deshicieron el bien anterior. Aprendemos de estos ejemplos que cuando los demás se afligen, simplemente necesitamos estar allí, estar callados, ser un buen oyente y no emitir juicios. Cuando María vino a nuestro Salvador llorando y gimiendo por la pérdida de su hermano Lázaro, “Jesús lloró” (Juan 11:35). No hay nada de malo en que los hombres o mujeres permitan que el dolor de un amigo toque su propia alma y que literalmente lloren con los que lloran. Cuando estas emociones son genuinas, expresan un amor, una conexión, una compasión y una comprensión que ninguna mera palabra humana puede transmitir a quienes están de luto. La lección aquí es permitirte llorar con aquellos que se lamentan, si tus lágrimas son genuinas. Pablo lo expresó así: “Gócense con los que se gozan. Lloren con los que lloran”. (Romanos 12:15). Cuando Juan el Bautista fue asesinado, sus discípulos vinieron “y le contaron a Jesús”. (Mateo 14: 3-13). Nuestro texto dice que Jesús “se apartó … a un lugar desierto”. Sin embargo, Marcos 6:31 especifica: “Él les dijo [a los discípulos de Juan]: Vengan ustedes aparte a un lugar desierto, y descansen un poco”. Lucas 9:10 nos dice que Cristo “los tomó consigo y se retiró aparte”. Aprendemos de la respuesta de nuestro Señor que los que están afligidos necesitan tiempo para descansar, no en soledad, sino con un amigo compasivo que atenderá sus necesidades físicas y emocionales mientras su espíritu se aflige y comienzan a sanar.

Ármate con estos principios para tomar acción cuando alguien esté afligido. De hecho, sería bueno registrar estos principios en tu Biblia para que tengas un rápido recordatorio la próxima vez que los necesites.