Se estima que, anualmente 1,2 millones de estudiantes abandonan la escuela secundaria en los Estados Unidos. En 2009 era un 8.1% de estudiantes de secundaria.1 Una fuente se refiere a esto como “La Epidemia Silenciosa” porque este problema recibe muy poca presión.2 Sin embargo, es un gran problema con efectos de largo alcance. Los estudiantes que abandonan la escuela secundaria en los Estados Unidos tienen más probabilidades de estar atrapados en empleos mal remunerados, quedar desempleados, sin hogar, ser encarcelados, depender de la asistencia social y tener hijos a una edad más temprana.
Es una triste realidad que siempre haya existido un alto porcentaje de personas que una vez siguieron al Señor Jesucristo convertidos en desertores espirituales. Mateo 5: 1 registra que “multitudes” siguieron al Salvador al comienzo de su ministerio. Pero sus verdaderos motivos y su profundidad espiritual se revelaron cuando les dijo: “…me buscan, no porque vieron los milagros, sino porque comieron de los panes y se saciaron” (Juan 6: 22-26). Fue poco después de estos eventos que el Salvador comenzó a enseñar verdades más profundas. Muchos concluyeron: “Dura es esta palabra … Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban con él” (Juan 6: 53-66). Durante un tiempo, hubo suficiente interés espiritual y receptividad para que la gente escuchara. Pero finalmente la mayoría cayó. En esencia, muchos de los que una vez siguieron a Cristo no querían esforzarse mentalmente ni tener un compromiso personal. Cuando se trataba de pagar el precio con la persecución que vino acompañando al Salvador, muy pocos permanecieron fieles. Como nación, eventualmente las multitudes se unieron a los líderes religiosos espiritualmente endurecidos de Israel, para oponerse primero al Señor Jesucristo, y luego para pedir su crucifixión. Se podría decir que las multitudes eran caprichosas y superficiales en su interés espiritual.
Mi amado, ¿cuán profundo es tu interés en las cosas de Dios? ¿Estás interesado en seguirlo principalmente cuando quieres que Él intervenga en tus circunstancias? ¿Buscas conocer más de Él y Su Palabra solo por un tiempo o cuando sea conveniente? Seguramente el Señor Jesús, quien sufrió y murió por nosotros, es digno de nuestra completa y consistente participación leal y total. Pasando por los buenos y los malos tiempos, ten ahora el propósito de ser un creyente dedicado que constantemente práctica la oración, que estudia Su Palabra, comparte el Evangelio con los perdidos y le adora con regularidad.