¿Has oído hablar del experimento con una rana colocada en una olla de agua sobre la estufa? Dicen que si aumentas gradualmente la temperatura hasta que el agua llega al punto de ebullición, la rana no se dará cuenta de que está siendo cocinada viva y permanecerá en el agua. Si esto es cierto o no, parece ilustrar la condición política y moral en Estados Unidos. En las últimas cuatro décadas, los medios y muchos políticos han estado promoviendo la homosexualidad como correcta y deseable. Insisten en que el aborto es un derecho de la mujer mientras ignoran los derechos de los bebés en el útero. Promueven la inmoralidad, como el sexo casual. Aquellos que objetan este estándar del pecado son brutalmente atacados. Son etiquetados, tienen fobia, son de mente estrecha, intolerantes, ignorantes, extremos y políticamente errados. Los estadounidenses y algunos cristianos han ido perdiendo la sensibilidad gradualmente con esta campaña. En muchos casos, los creyentes son intimidados para mantener el completo silencio, y otros han llegado a apoyar y defender estos pecados contra los que la Biblia habla. ¿Cómo deben responder los cristianos a los problemas morales de nuestros días?
Proverbios 28: 4 dice: “Los que dejan la ley [las normas de Dios] alaban a los impíos; mas, los que la guardan contenderán con ellos”. Para abrazar y defender el declive moral de nuestros días, uno debe renunciar a los estándares de Dios registrados en las Sagradas Escrituras. Debemos considerarlos obsoletos, irrelevantes y sin autoridad. Equivale a abandonar la Palabra de Dios para volvernos leales a una ideología alternativa. Muchos que lo hacen “tienen una forma de piedad” en el habla. La manera en que el Señor responde a esto se explica sobriamente: “El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable” (Proverbios 28: 9). ¿Cómo se supone que el creyente responda hoy a la decadencia moral? De acuerdo con Proverbios 28: 4, debemos “contender con ellos” cuando promueven ideas no bíblicas e impías. No tenemos que protestar en las calles, hacer actos de violencia o ser odiosamente argumentativos, pero deberíamos hablar. Deberíamos explicar y apoyar respetuosamente los estándares descritos en las Sagradas Escrituras y apoyar a otros que están haciendo lo mismo. En estos “postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios…” (I Timoteo 4: 1). En lugar de dejarte llevar por el lado equivocado de los problemas morales, se lo suficientemente valiente como para ser “políticamente incorrecto” pero correcto ante los ojos de Dios.