Autor Vicki Halsey, PhD. aborda una mentira cultural importante en su blog diario. Ella escribe: “Una de las cosas que más me molestan es la gente que usa su personalidad como excusa para su comportamiento. “No puedo evitarlo, así soy” dicen a menudo para racionalizar o justificar una acción, posición o actitud. En cierto modo, es casi la defensa perfecta para cualquier argumento, ¿o no? ‘¿Quieres decir que quieres que cambie mi forma de ser?’”1 El punto de Vicki es que a nuestra sociedad se le ha lavado el cerebro para dar excusas por el mal comportamiento en lugar de levantarse y asumir la responsabilidad de portarse mal. En lugar de dar excusas por el mal comportamiento, Vicki aboga por que decidamos hacer un cambio intencional hacia un comportamiento correcto. La Palabra de Dios enseña lo mismo.
En Proverbios 25:28, el rey Salomón escribe: “Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda”. En los días bíblicos, los muros altos y gruesos abarcaban las ciudades antiguas. Protegían contra los ejércitos invasores que entrarían y matarían a los habitantes. Las paredes que fueron destruidas esencialmente invitaron a otros a conquistar la ciudad. En el ámbito espiritual, un cristiano que no controla su propio espíritu, [sus pensamientos, acciones y actitudes] se está exponiendo al ataque de Satanás y de la carne. En lugar de quedar tan vulnerables, debemos asumir la responsabilidad del mal comportamiento y tomar el control de nuestro espíritu. Nuestra victoria debe ser a través del poder de Dios, pero tenemos la obligación de ceder nuestro espíritu al Señor y controlarlo. Esta es la razón por la cual, a través de las Escrituras, Él nos da mandatos tales como “no uséis la libertad como ocasión para la carne …” (Gálatas 5:13), “… no reine, pues, el pecado …” (Romanos 6:12), y “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca …” (Efesios 4:29). Dios espera que controlemos nuestro espíritu, en lugar de permitir que este nos controle. Cuando fallemos, debemos aceptarlo en lugar de poner excusas.¿Has creído la mentira cultural de que no puedes evitar las malas acciones o que no son tu culpa? Permite que hoy sea el día en que asumas la responsabilidad por el mal comportamiento, elije controlar tu espíritu y pídele a Dios que te ayude a hacer ambas cosas.