Hubo una vez un joven que estaba a la sombra de un gran líder. Cuando ese líder falleció, le tocó a su joven aprendiz tomar las riendas del liderazgo. Mientras lo hacía, comprensiblemente se enfrentó a sus circunstancias con una cierta cantidad de dudas y temores. Entonces, alguien lo animó a ser fuerte y mostrar coraje porque Dios lo habilitaría. El líder era Moisés, su aprendiz era Josué, y el que lo alentaba era el Señor mismo (Josué 1:1-9).
Del mismo modo, Dios desafía a los creyentes en la Dispensación de la Gracia a ser fuertes. Pablo les dijo a los creyentes de la gracia: “estén firmes en la fe; sean valientes y esfuércense” (1 Corintios 16:13) y “… fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza” (Efesios 6:10). No debemos encogernos de miedo ni rendirnos a Satanás que está librando una guerra espiritual contra nosotros. ¡Debemos ser fuertes! Podemos hacerlo recordando que el poder de Dios está disponible para nosotros. Pablo oró para que los santos comprendieran “…la inmensurable grandeza de su poder para con nosotros los que creemos…” (Efesios 1:19). El Señor nos ofrece Su poder, y quiere que lo tengamos. ¡Créelo! Accede al poder de Dios “… por su Espíritu en el hombre interior” (Efesios 3:16). Nunca podremos triunfar sobre Satanás con nuestras propias fuerzas, pero podemos encontrar la victoria cuando permitimos que el poder de Dios fluya en nuestras vidas, en nuestro hombre interior. ¡Alimenta a tu “hombre nuevo” interior en Cristo! Nuestro hombre interior está empoderado al equiparnos con “toda la armadura de Dios” (Efesios 6:11). Esto se puede resumir al elegir tener una caminata diaria consistente, teniendo la veracidad y el comportamiento justo como nuestros estándares (vs.14), estando siempre preparados para dar el evangelio (vs.15), protegiendo nuestras mentes a través de una fe inamovible en la Palabra de Dios (vs.16), viviendo en la confianza de nuestra victoria eterna (vs.17), usando las Escrituras para cortar las mentiras de Satanás (vs.17), y siendo constantes en la oración (vs.18). ¡Debes estar atento y vestirte con ropa que te permita tener la victoria en tu vida diaria! La admonición de Pablo es esta: “… y, después de haberlo logrado todo… permanezcan, pues, firmes…” (Efesios 6:13-14). ¿Has hecho todo lo que necesitas hacer para salir victorioso hoy? ¿Recuerdas constantemente que el poder de Dios está disponible para ti? ¿Has estado fortaleciendo espiritualmente a tu hombre interior? ¿Equiparás consistentemente a tu alma con toda la armadura de Dios? ¡Sé fuerte, creyente! Dios te capacitará si lo buscas a Él por Su poder para vencer cualquier cosa que enfrentas hoy.