Romanos 4:15 establece claramente que “la ley produce ira”, pero al parecer mucha gente no quiere ver esto. Incluso algunos clérigos nos dicen que Dios dio la Ley para ayudarnos a ser buenos, cuando Dios mismo dice todo lo contrario; que fue dado para mostrarnos que somos malos y necesitamos un Salvador.
“La ley produce ira”. Todo criminal lo sabe y todo pecador debería saberlo, porque la Biblia tiene mucho que decir sobre el tema. ROM. 3:19,20 declara que la Ley fue dada “para que toda boca sea tapada, y todo el mundo sea presentado culpable ante Dios”, y este pasaje continúa diciendo:
“De modo que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por la ley es el conocimiento del pecado”.
II Cor. 3:7,9 llama a la Ley “el ministerio de condenación” y “el ministerio de muerte”. Gál. 3:10 dice que aquellos que son “de las obras de la ley”, es decir, que buscan hacerse aceptables a Dios guardando la Ley, “están bajo maldición”, porque la Ley sólo puede condenarlos.
Aquellos que se acercan a Dios esperando vida eterna a cambio de “buenas obras” le están ofreciendo sus condiciones, que Él nunca aceptará. Dios no venderá la justificación a aquellos que ya están condenados por el pecado. Pero Él sí ofrece a los pecadores completa justificación por gracia porque:
“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; porque escrito está; Maldito todo el que es colgado en un madero” (Gálatas 3:13).
Gracias a Dios, aquellos que confían en Cristo, “teniendo redención por su sangre, el perdón de los pecados según las riquezas de su gracia” (Efesios 1:7), “siendo justificados gratuitamente por su gracia [de Dios], mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Romanos 3:24).