“Mateo 27:6-10 dice que los principales sacerdotes compraron el campo del alfarero, y Hechos 1:18 dice que lo hizo Judas. ¿Quién fue?
Judas devolvió las 30 piezas de plata que recibió por entregar al Señor a los sacerdotes, pero ellos dijeron: “No es lícito echarlas en el arca del tesoro, porque es precio de sangre” (Mateo 27:6). Debido a eso, el dinero nunca fue técnicamente suyo para usarlo para comprar nada. Pero Judas estaba muerto, así que técnicamente tampoco podía comprar nada. Así que no es incorrecto atribuir la compra a ambos.
Si eso no está claro, digamos que un asesino a sueldo de la mafia mató a alguien, luego se sintió lo suficientemente arrepentido como para donar el dinero que le pagaron a una iglesia justo antes de suicidarse, con la esperanza de evitar la condenación de Dios por su malvado acto. Si la iglesia tuviera la política de negarse a recibir ganancias mal habidas de fuentes moralmente objetables, podrían a su vez dar el dinero a la familia de la víctima del asesino a sueldo.
En tal caso, se podría decir que el sicario en realidad donó el dinero a la víctima, ya que la política de la iglesia técnicamente les prohibía recibir el dinero y poder donarlo a cualquier persona. Pero también sería correcto decir que la iglesia aportó el regalo, porque los muertos tampoco pueden donar dinero a nadie. Y de la misma manera, no es incorrecto atribuir la compra del campo tanto a Judas como a los sacerdotes.