Ciertamente es evidente que estamos viviendo tiempos económicos inciertos. En esos momentos, a ciertas industrias les va mejor que a otras. Por ejemplo, siempre existirá la necesidad de que la gente trabaje en la industria alimentaria, porque la gente siempre necesitará comer. También siempre habrá una necesidad de trabajadores de la salud, ya que las personas también seguirán enfermándose y necesitando atención médica.
Es igualmente evidente que estamos viviendo tiempos espirituales inciertos. En tales momentos, siempre habrá necesidad de cristianos que estén dispuestos a trabajar para llevar el evangelio a los perdidos. Siempre habrá “ciertos” entre los perdidos que buscarán activamente la salvación (Lucas 18:18), pero “ciertos” otros confiarán en sí mismos que son justos (Lucas 18:9), por lo que el pueblo de Dios necesitará alcanzarlos a ellos.
También es seguro que algunos continuarán oponiéndose al evangelio de Pablo, “ciertos” de ellos oponiéndose a él por motivos filosóficos (Hechos 17:18), “ciertos” otros porque están fijados en sus caminos y naturalmente resisten la nueva verdad que Pablo ha establecido (Hechos 15:1).
¿Quién dará un paso al frente para enfrentar estos desafíos? En los días de Pablo, “un cierto discípulo… llamado Timoteo” respondió al llamado (Hechos 16:1). ¿Y tú, hombre de Dios? ¿Por qué no considerar inscribirse en nuestro Instituto Bíblico Bereano (Berean Bible Institute), “para que conozcas la certeza de aquellas cosas en las cuales has sido instruido” (Lucas 1:4). Luego sal y “predica la palabra” y “haz obra de evangelista” como el Señor quiere que lo hagas (II Timoteo 4:1-5).
Cuando Pablo predicó en Atenas, “algunos hombres se adhirieron a él” (Hechos 17:34), tal como la gracia que tienen los creyentes hoy. Pero así como “un joven llamado Eutico” se durmió cuando “Pablo predicaba largamente” (Hechos 20:9), muchos creyentes de la gracia de muchos años se han quedado dormidos bajo el ministerio de la enseñanza paulina. Si temes que eso te describe, ¿por qué no despiertas y sigues el ejemplo de “un hombre…llamado Justo” (Hechos 18:7) y “una mujer llamada Lidia” (Hechos 16:14) quienes abrieron sus casas a los ministerio de la verdad paulina y ayudaron a establecer iglesias de la gracia en sus respectivas ciudades.
Muchos cristianos no saben qué hacer en estos tiempos espirituales inciertos, pero eso no se aplica a aquellos que conocen la certeza del evangelio de Pablo. ¡Tenemos la respuesta a la confusión religiosa que nos rodea! Si no eres parte del movimiento que está trayendo la solución a esta pobre gente confundida, eres parte del problema.
Una cosa es segura. “Nada trajimos a este mundo, y ciertamente nada podremos sacar” (I Tim. 6:7). Con eso en mente, ¿por qué no comenzar hoy a vivir con la eternidad a la vista?