Al pedir perdón, el mundo tiene una expresión que usan con frecuencia. Ellos dicen, “¿Puedes encontrar en tu corazón el perdonarme?” Pero parafraseando un viejo dicho, ¡están pidiendo a otros que busquen el perdón en todos los lugares equivocados! “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso en extremo” (Jeremías 17:9). Es probable que cualquier perdón que alguien encuentre allí venga con condiciones y muchas condiciones.
Si le resulta difícil perdonar a alguien, en lugar de tratar de encontrarlo en su corazón, encuéntrelo en la gracia de Dios.
“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como Dios os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:32).
Tal vez esté pensando: “Pastor, no sabe cómo me ofendió este hermano”. Es verdad, yo no. Pero, ¿fue más que cómo tus pecados ofendieron a Dios? Sin embargo, Él perdonó todos tus pecados por Su gracia, y ahora te pide que perdones a tu hermano por gracia. Dios estaba “satisfecho” con el pago que Cristo hizo en la cruz por la ofensa de tu hermano (Isaías 53:11), y lo ha perdonado por lo que te hizo. Si no lo perdonas por la gracia de Dios, eso significa que tus estándares son más altos que los de Él.
Así que no seas como el mundo, buscando el perdón en todos los lugares equivocados. Si el pecado de tu hermano “abundó” contra ti, deja que la gracia de Dios “abunde mucho más” (Rom. 5:20), así como lo hizo cuando Dios te perdonó. “No recibáis la gracia de Dios en vano” (2 Cor. 6:1). Deja que abunde en tu vida para los demás. Sea un creyente de la gracia en el más alto sentido del nombre.