Mientras Loren estaba de pie con su padre, contemplando un hermoso lago de Minnesota, el pequeño de cuatro años preguntó: “Papá, ¿quién hizo este lago?”. “Dios lo hizo”, respondió su papá, “y Dios hizo esos árboles y todo este hermoso paisaje”.
Hubo un momento de silencio. Luego, poniendo sus manos en sus caderas, el pequeño Loren dijo: “¡Seguro que hizo un buen trabajo!”.
Sí, lo hizo, pero este escenario no era nada comparado con la gloria que esta tierra conocerá cuando Cristo regrese para reinar. Si los ríos y lagos de la tierra, sus montañas y valles, sus paisajes y paisajes marinos ahora pueden ser tan impresionantes, ¡cuál será su belleza cuando se cumpla la profecía y se elimine la maldición!
“El desierto y la soledad se alegrarán para ellos [el pueblo de Dios, Israel] y la soledad se regocijará y florecerá como la rosa.
“Florecerá abundantemente, y se regocijará con alegría y cánticos: la gloria del Líbano le será dada, la majestad del Carmelo y de Sarón, ellos verán la gloria del Señor, y la majestad de nuestro Dios”.
“…porque en el desierto brotarán aguas, y torrentes en la soledad.
“Y el suelo reseco se convertirá en estanque, y el sequedal en manantiales de aguas…”
“Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sión con cánticos y gozo perpetuo sobre sus cabezas; alcanzarán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido” (Isaías 35:1,2,6,7). ,10).