“¿Es nuestra época de gracia, que Pablo llama ‘este presente siglo malo [edad]’ (Gálatas 1:4), peor que el tiempo de Nimrod o lo que se ve en Romanos 1:18-32?”
Esta edad es mala. Cada dispensación o era en la historia del hombre ha sido mala. Cada época ha demostrado que el corazón de la humanidad “engañoso sobre todas las cosas, y terriblemente perverso” (Jeremías 17:9), que la gente es pecadora necesitada del Señor. No creo que nuestra época sea peor que la época de Nimrod o lo que se ve en Romanos 1:18-32, sino más bien muy similar. ¡Romanos 1:18-32 suena como un comentario sobre nuestros tiempos! La humanidad no cambia. La humanidad ha sido mala, es mala y será mala.
Las noticias de la maldad de la humanidad no deberían conmocionar completamente al creyente. Más bien, debería recordarnos de inmediato la necesidad de las personas de Cristo y Su salvación, y nuestra necesidad de estar “aprovechando el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:16). La fe en Cristo trae nueva vida y puede traer transformación a la vida de las personas, para que puedan vivir “en toda bondad, justicia y verdad” (Efesios 5:9).
Pablo lo llama “este presente siglo malo” para grabar en nosotros la gloria de nuestra liberación de él por Cristo y Su Cruz. Gálatas 1:4 nos muestra “quien se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos de este presente siglo malo”. El conocimiento de esta esperanza debe hacernos reaccionar con acción de gracias y alabanza a nuestro Salvador, “A quien sea la gloria por los siglos de los siglos” (Gálatas 1:5), y “para que los que viven, no vivan ya para sí, sino para al que murió y resucitó por ellos” (2 Corintios 5:15).